martes, 11 de diciembre de 2018

De la bitácora de tu nombre


…Tú piensas en palabras, para ti el lenguaje es un hilo inagotable que tejes como si la vida se hiciera al contarla. (…) Cada vez que pienso en ti, así te veo, así nos veo, detenidos para siempre en ese lienzo, invulnerables al deterioro de la mala memoria. Puedo recrearme largamente en esa escena, hasta que siento que entro en el espacio del cuadro y ya no soy el que observa, sino el hombre que yace junto a esa mujer. Entonces se rompe la simétrica quietud de la pintura y escucho nuestras voces muy cercanas.
                   -Cuéntame un cuento - te digo.
                   -¿Cómo lo quieres?
                   -Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie.

(Isabel Allende – Cuentos de Eva Luna)


Hoy que sé que puedes oírme te traigo ese cuento que nunca le conté a nadie.

De la bitácora de tu nombre.


Dormir a tu lado con tu cabello regado en la cama es uno de mis sueños-recuerdos recurrentes de ti. Pero en vigilia y en verano había que recogerlo en virtud del calor.
Era verano, era de tarde y tu cabello recogido allá arriba, aunque era con un lápiz, me gusta imaginarlo con un hashi, ese palillo japonés para comer, como el que tengo ahora en la mano, de buena madera y fino acabado en barniz. 

El contraste de tus ondas, legítimamente rubias , auténticamente rebeldes contenidas por esa pequeña varilla de madera, me hizo acercarme con cuidado para constatar de cerca el aroma del huracán de tu cabello que traía conmigo desde la noche anterior. Te sorprendí, volteaste de pronto y casi enganchas mi ojo con tu hashi…

La reacción de sorpresa, risa y advertencia amorosa mas no romántica fue:

“Después del ojo afuera, no hay Santa Lucía que valga”

Ahora entiendo porqué desechaste ese nombre…

por inútil.

Nicolás Baselice Wierman.
Diciembre 2018.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Odo querido, gracias por tanto.


Odo,
Llegué a la edad que llaman diabólica (será por lo del 66… supongo) y se me ocurre un balance a partir de tu recuerdo fijo desde hace ya tantos años y directo de la constante luz de esa velita de tu agenda, que sé cómo valoras, programas y conservas.






Son más de sesenta años y el recorrido ha sido afortunado. Una madre que, como si lo supiera, adelantó una presencia intensiva antes de irse a mis siete años. Algún día le escuché decir “este muchacho como que va a ser arquitecto”, mientras observaba un dibujo que yo había hecho para explicarle una casa que conocía y ella no. Inmediatamente se encargó mi tía, la madre que mis amigos conocen. Esa vinculación hizo que me convirtiera en primo de mis hermanos y mis hijos en sobrinos a un tiempo (son nietos de mi tía) La abuela me enseñó a leer, mi madre me mostró el método y la vocación y, al final, la tía me acompañó por todo el camino para que cumpliera aquella “vocación prescrita”.

Tradición no había en la familia y, al final del primer tramo, encontré al que sería mi amigo que un día me preguntó “Negro, ¿tú sabes dibujar? Y confiando en mi respuesta afirmativa me puso ante mi primer grupo de estudiantes a los que me presenté con la voz firme al ritmo de la clave desordenada que marcaban las rodillas aterrorizadas… y pasaron casi veinte años en la actividad que más pasión ha consumido en mi vida: la docencia.

Gracias Odo, porque además eras mi más familiar referencia de lo que debería ser un arquitecto. El no poder superar al maestro creo que me hizo tomar los caminos transitados de los que estoy absolutamente satisfecho. Cuando me reunía con los chamos del bloque en el 23 de enero donde vivía cómo pensar que tendría a cargo colecciones como la de Camile Pizarro o Armando Reverón para recibir personalidades internacionales con exposiciones que yo decidiría o que a tenor de los trabajos hechos fuera el único asistente extramuros del Banco Central de Venezuela para decidir la forma y concepto de un lanzamiento urgente en 24 horas y a petición directa del mismísimo presidente del banco.

Este balance es solo para creerme que las mujeres que me formaron están y estarían muy orgullosas de lo hecho desde ellas, pero también para agradecerte la guía que tanto en el codo a codo de proyectar juntos como a la distancia obligada del trancurrir del día a día has sido para tantos pero particularmente para mí.

Regalos como la amorosa amistad con tu (nuestra) hermana Ylleny sería una exageración si no estuviera equilibrada con ese otro regalo: Julio Cruz…
                                              Es broma porque hasta (y digo hasta) de Julio aprendí mucho. 
                                               Claro con él es a empujones y campanazos pero gracias igual.

Siempre interesado por mi estado sentimental fuiste testigo cercano del desfile de todas ellas, las que me deformaron. Desde asesorar a la madre de mis hijos hasta esa que esperé dos veces, cada vez durante veinte años, pasando por aquella que para ti siempre fue la ideal porque era “tan bella” (que levantaba sospecha. Loscher dixit) pero que solo era bella, hasta la que resultó el compendio de todo lo deseado pero que su marido no deja que se mude conmigo… en fin, que sabes cómo han sido y cómo ha ido.


Han pasado como 45 años y tengo que decir que eres el amigo más constante que tengo. No sé exactamente cuántos pero podría ser casi 40 que todos los años tengo tu recuerdo el día de mi cumpleaños como un hecho fijo. El formato es evidencia del tiempo. La nota debajo de la puerta, la llamada cantv, más tarde desde un celular pesadísimo que te agarraba donde estuvieras a esto del Email, Messenger, twiter, Instagram… Y es que venimos del blanco y negro y hoy vivimos a color. Si levantamos la mirada un poquito y dejamos de vernos el ombligo estaremos obligados a contrariar el dicho y exclamar “Ningún tiempo pasado fue mejor” en eso creo.

Odo querido, gracias por tanto.

Tu hermano Nico.

29 de noviembre de 2018.
(Me tomó casi cinco días escribir esto)

sábado, 20 de octubre de 2018

Mi Plegaria

…No te me vayas.

No me dejes tan solo aquí en esta turbiedad de la vida revuelta. En este fango del fondo del mar. Son demasiados años atadas nuestras esencias.

Vuelve, vente otra vez como eras: tan luminosa, queriéndome como solo tú sabes, consolándome cuando los demonios me hurgan el alma y me clavan sus anzuelos y me envuelven en sus redes.

 Vuelve porque te estás llevando demasiadas cosas contigo para ese otro espacio como para que después, yo, así, pueda sobrevivirte aquí.

Vente de nuevo con tu luz, con tu sangre amontonada en los cachetes cuando te enterraba mi amor en tus fondos.

Vente con tu fuerza, que no me engaño, es la que a mí me da vigor, verdad, intensidad para arrancarle a las entrañas del mar nuestro futuro y el de nuestros hijos.

 Ven, no te me vayas, no me dejes tan solo en este mundo confuso, rebosado, lleno de marejadas.



Nota: este texto, encontrado entre mis apuntes de siempre, extrañamente no tiene la nota de la fuente, el autor o alguna seña de origen. Suelo tomarlas para entrecomillar, de ser el caso, o poder dar los créditos, en fin, hacer lo que corresponde. Por ello, si tengo la suerte de que alguien lo lea y se dé el prodigio de que además tenga el dato, estaré doblemente agradecido de que me lo haga saber.
Anticipadas gracias.



Caracas-Venezuela, octubre 2018.

Nicolás Baselice Wierman.
estudionico@gmail.com

@nbaselice en twitter
Instagram @nbaselice


jueves, 18 de octubre de 2018

Porque ser como tú eres, sólo tú lo puedes ser.

Junta de Gobierno - Octubre de 1945










A los que llegaron tarde:

En 1945 en Venezuela fue derrocado el Gobierno del momento el 18 de octubre, tal día como hoy.

 A decir de Rafael Arraiz Lucca, escritor e investigador de nuestra historia “comenzó un cambio decisivo en Venezuela. Un gobierno de facto instituyó constitucionalmente la democracia, y las mujeres votaron por primera vez para elegir diputados, y luego al Presidente de la República. Es la fecha axial de nuestro siglo XX.”…

Afiche de campaña de
Eduardo Fernández
Era 1990. Mi amiga Marisabel oriunda de Bolivia y (Según se oía en su casa) descendiente de la sangre azul de ese país, cumplía años en esa misma fecha. Casualmente era la fecha de nacimiento de un político de centro derecha , copeyano para más señas (Del partido COPEI) Eduardo Fernández quien se hacía llamar el tigre




Presidente Rómulo Gallegos
derrocado el 24 de noviembre de 1948


Yo bromeaba con mi amiga a propósito de esa coincidencia de fechas desde el conocimiento de causa. Yo había nacido un 24 de noviembre que era la fecha de otro golpe de Estado en el que se derrocó el primer gobierno  elegido en las urnas, resultado de los hechos descritos arriba. 


Octavio Lepage 1923 - 2017
Pero además era el cumpleaños de un adeco (del partido Ación Democrática) que el estar en el Gobierno lo hacía antipático y de mala prensa. Razón suficiente para ello en estos lados del mundo. En fin, que la raya de cumplir años el mismo día que el Tigre, quien por lo menos era simpático, podía ser peor, y lo era, al compartir fecha de nacimiento con Octavio Lepage el adeco-Ministro mala uva.

Ese día salíamos de casa a la celebración de mi amiga pero antes le escribí este divertimento y hoy, a propósito de la fecha patria y de una cierta nostalgia que me rodea por estos tiempos, quería recordarla y de nuevo dedicárselo, esta vez en singular y en primera persona: a la Marisabel donde quiera que esté.

(La dedicatoria original iba en plural porque todavía había quien me soportara 24 por 7 los años que pudiera. Hoy no hay.)



Ser como eres
sólo tú lo puedes ser.

                                               Para nuestra amiga Marisabel  18101990.

Hoy hace 45 de aquél del 45
cuando los adecos ya eran
y Hitler ya no podía,
ni aun queriendo, ser lo que era.

El que no siendo y fue tigre
sólo comenzaba a ser
hacía cinco años apenas.

Tú aún ni pensabas en ser
cuando en el 45
ya todos eran lo que eran,
y lo que es peor, hoy día,
muchos de ellos son aun
peor de lo que antes eran.

Después de 45 de aquél del 45
el 18 es el 18
pero si es del 10 es más.
Es el golpe del 18 del 10 del 45
Llamado Revolución
por eso de que quien gana
escribe lo que recuerda
como mejor le convenga.

Es el cumpleaños de Eduardo
que hoy es de medio cupón.
También el de Manuelito
que son poquitos, poquitos.

Pero también es el tuyo
Infanta Marisabel
que aunque le falte el otrora
tú igual lo podrías ser
porque ser como tú eres
sólo tú lo puedes ser.

Infanta ya no eres tanto.
Tal vez es cierto. Tal vez.
Pero en cuanto a las virtudes
Intactas o casi intactas,
dependiendo de cuál sea,
sólo es una virtud más,
sólo es una virtud menos.
Pero eso sí que no sea
una virtud más o menos.

Los años no son 50
como los del tigre Eduardo.
Tampoco 45 como los del golpe aquél.
Son bastante menos, sí,
lo cual dice que te queda
una vida por delante.

Pero cuidado mi niña
que aunque no quiero decir,
como el eufemismo aquél,
que eres, con el perdón,
“una mujer con pasado”
Tienes que reconocer,
Y esto es cierto, ya verás,
Que aunque no quieras ya tienes
Una vida por detrás.


Caracas-Venezuela, octubre 2018.
(texto original de 1990)


Nicolás Baselice Wierman.

lunes, 26 de marzo de 2018

La tentación del exilio


No era pobre, es decir, no era objeto de estadísticas que lo hicieran merecedor de la atención y el cariño del régimen de Gobierno. Vivía con modestia y dignidad. Tampoco era rico como dictaría el maniqueísmo de la literatura de folletín. Estaba ubicado en el mero pasillo de la invisibilidad pero lo angustiaba la torpe ejecutoria de la camarilla gobernante.
La esperanza de cambiarlo todo en aquel referéndum de un plumazo fue lo que lo terminó de arrinconar. Tenía la certeza de que era el momento y compró, muy barata, la especie de que había sido robado el triunfo con fraude.

Pensar en irse afuera no era una opción, y no era arraigo, es que en ese momento la franquicia de exportación del experimento político nacional hacía ver aquello, más allá de la frontera, como la utopía hecha realidad, y si algo no quería, era ser víctima de la política exterior de su país. Sería el colmo, decía. Aunque era una broma sonaba bien. La verdad era que entre sus limitadísimos recursos de jubilado y el secuestro económico que suponía el experimento político, esa no era una posibilidad.
Era creyente decía, pero no de religiones. Creyó que la política se podía hacer sin políticos, conoció así la palabra outsider, los apoyó para más tarde o muy tarde descubrir que eran embrión de caudillos. En ese camino acuñó la frase: Las ideologías con nombre de gente viva son la maldición de los pueblos. Desde aquí, creyó ahora en las fuerzas que se oponían que con argumentos no solo hilados sino con mucha difusión lo convencieron de que la capital era el país y su barrio la vanguardia renovadora. Pero perdió y la depresión lo invitaba a taparse los oídos como los niños, vivir hacia adentro y aunque ya sabía que no era verdad repetía como un mantra: Me importa un carajo lo que hagan, si no trabajo no como.

Quiso entonces vivir una vida hacia su interior, espiritual la llamaban en la época. No encontraba cómo. Nunca tuvo mayor afición por la música, no sabía qué cosa era comprar discos. La lectura siempre le dio sueño y, aunque hubo libros, nunca hubo lecturas. El cine, eso sí, pero era caro y la verdad no había un círculo en el que se pudiera comentar ese género o al menos él no lo conocía.

Esta semana se cumple un año más del fallecimiento del abuelo y conocer ese país que mamá les ha contado tanto será divertido. Además, ella estará muy feliz de ver de nuevo esa ciudad donde creció y que hoy está irreconocible.
Les juro que se van a divertir. Conocer el país del abuelo o, al menos, su ciudad y su barrio será interesante hasta para mí que nunca lo vi sino a través de los ojos de mamá...

Sí claro, verán muchas personas mayores, viejitos y viejitas. Seguramente fastidiosos, pero les aseguro que estarán encantados de verlos y eso siempre es grato…

…¿Vamos a por las maletas?


Nicolás Baselice Wierman.
@nbaselice en twitter
Instagram @nbaselice
Caracas, enero 2014
Publicado en marzo 2018.

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