domingo, 28 de septiembre de 2014

Fashion Words

Puedo entender la moda como la renovación cíclica de trapos, peinados, accesorios, aparatos, carros y hasta de formas de caminar. Las dietas, rutinas de gimnasios, inclusive profesiones entran en la rueda de la moda: esa rutina contra lo aburrido de las rutinas.
Que es un truco comercial típicamente capitalista para mover el dinero como consecuencia de la obsolescencia programada no resulta hoy un gran descubrimiento. Pero me llama muchísimo la  atención cómo se ponen de moda algunas palabras y expresiones.

Está nuestro autóctono y exportable chévere de amplio espectro de aplicación y atemporalidad demostrada con su incorporación al diccionario. Mal ejemplo de modas porque ése sí llegó para quedarse. Por cierto cuando se corrió el rumor de la eliminación de la letra CH algunos pensamos que se perdería nuestro aporte tan chévere a la lengua de Cervantes y luego de intensas negociaciones logramos que fuera incorporada en la letra C pero con H intercalada. Un leguleyismo, tal vez, pero le ganamos una a la RAE.


Expresiones como “este año ha hecho calor como nunca” es de las que reciclamos anualmente y sería como decir nuestro clásico de la colección primavera verano (más verano que primavera, claro). También hay que decirlo, el fenómeno del niño (que por cierto está de moda) nos ha alterado el fashion y podríamos estar usando en invierno ese clásico veraniego.

Por estos tiempos, y digo ya largos tiempos, está de moda una palabra que en su excesivo uso parece sacada de armarios tan estrechos que obligan a combinar con todo tipo de sustantivos en una exageración tal que la clásica blusa blanca quedaría pálida… bueno, más pálida.
Estoy hablando del adjetivo ESPECTACULAR. No hay conversación en la que no aparezca la palabra para calificar algo fuera de serie, algo vistoso o que llame la atención especialmente. Normalmente está bien utilizada pero puede oírla en dos minutos de radio pronunciada tres veces por la misma boca contra dos de su interlocutor aunque no estén de acuerdo en lo que hablan. No cuente las veces en esas revistas de variedades matutinas de la tv abierta o de cable, es igual. Todas podrían llamarse “Mañanas Espectaculares”. Pareciera que no existen otros adjetivos útiles para ese fin.

Este rico idioma nuestro mezclado con nuestra forma de ser que nos permite ser hiperbólicos sin parecerlo, ha hecho de fantástico, maravilloso, sensacional, grandioso, buenísimo, palabras en vías de extinción.
Espectacular se utiliza para sabores, recetas de cocina, olores, sensaciones, recuerdos, orgasmos. Sí, escuchaba a una amiga que hablaba de un orgasmo espectacular. A menos que sea el de Meg Ryan, bien fingido, en público y literalmente perteneciente al ámbito del cine y el espectáculo, me pregunto si no sería más propio un adjetivo un poco más íntimo como rico, inolvidable, insuperable, sabroso, desgraciadamente irrepetible…  no sé, digo yo, que no soy ninguna autoridad en este tema que ya ni manejo.

Cuando dicen es-pec-ta-cu-lar, algunas personas lucen como acabando de inventarla, tanto que parecen sus dueños y provoca pedírsela prestada. Posiblemente por eso a algunos les suena como si la usaran a escondidas. Aquellos, los dueños, cogen aire, la sueltan y a la altura de la P explotan los labios que apretaron después de la S en la primera sílaba y al tiempo de una ligera batida de hombros trancan el aire para preparar esa C intercalada que antes de la T pronunciarán con un gesto de corta arcada y ascenso de diafragma, y terminar con una R final bien marcada. Claro, si es que luego del esfuerzo previo hay ánimo para ese vibrato de lengua. Lo sorprendente es que todo esto se hace con una altivez e impostura de voz que a uno no le queda duda… Esa vaina es de ellos.

Pobres, no saben el tesoro de palabras con que cuentan y se conforman con esa única reciclable monedita de un céntimo en el bolsillo.

Pero hay otra, que si bien está de moda, no es de uso desgastante y se está empleando en dos circunstancias en las que la actitud con que se hace es lo que la pone de bulto.
Es la palabra “EXCELENTE”. Una de las circunstancias es cuando se califica una acción, un resultado o un producto. El calificador la dice de manera casi imperativa y la actitud es de un conocedor, o sea, “si te digo que es excelente, es excelente”. Si por ejemplo fuera un vino lo calificado, entonces el sujeto sonará como enólogo.

La otra circunstancia es cuando se responde al saludo: ¿cómo estás? Y entonces muy a la moda se oye un “excelente” en tono de vendedor de productos naturales y de dieta en formato de multinivel con chapa en el pecho y todo. Estos sujetos van por ahí con una sonrisa indeleble como sostenida con pomada de botox y un optimismo tan bien fingido que terminan creyéndoselo cuando se escuchan a sí mismos con voz engolada. Y no se le ocurra darle pie para desarrollar el tema porque entonces acompañará el “Excelente” con un “Mejor sería una inmoralidad”. No sé, pero eso, dicho en Venezuela en esos tiempos, a mí me hace creer que ése está viviendo en negación. El  botox lo tienen en el espíritu. Estos individuos nos quieren hacer creer que es pecado amanecer un día de mal humor.
Por cierto, el lema de la chapa debería decir: Estoy excelente, pregúntame por qué…  si tuviera la respuesta, eso sí sería un negocio.

Nicolás Baselice Wierman.
@nbaselice

Caracas, septiembre 2014

P.S. Saludamos el retorno del portal Código Venezuela a nuestra cotidianidad. ¡Enhorabuena!

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