Ayer domingo, día
internacional de zapping, vi (de nuevo)” Meet Joe Black” con Brad Pitt y
Anthony Hopkins. Titulada en español a manera de pregunta ¿Conoces a Joe Black?
uno respondería ¡Claro que sí!, pero igual se queda allí viéndola. Primero
esperando a que atropeyen a Pitt (aún sin nombre en ese momento) escena que
pretendidamente dramática deviene en cómica por la sorpresa y los rebotes.
Luego, para ver la reencarnación en Joe Black personaje que recuerda una mezcla
cruzada de zombie o muerto viviente con extraterrestre que, amén de su
desconocimiento de las vivencias humanas terrenales, se troca en un instante y
por un instante, en fiscal de Hacienda para resolver el tema de la justicia
ante la traición.


Un paréntesis. Acabo de descubrir que tal lapso
existe, no sé cuánto dura pero en estos días se ha protestado universalmente
por el asomo de postulación de Ben Afleck para el papel de Batman en el próximo
capítulo de la saga.

A ver, la cosa es
así: aunque la muerte no sabe de placeres terrenales a cualquiera le parpadean
las convicciones (y en este caso las ignorancias) ante el cuerpito y los labios mate que matan de la Forlani, sí, de Susan. Es que hasta la Muerte sabe que ”es para morirse”.
Este zombie que es Joe Black se deja (léase bien: se deja hacer el amor por Susan y descubre que es ”más sabroso que la mantequilla de maní”. Ella queda absolutamente gratificada, su cara lo dice. Pero es una gratificación etérea que brota de su enamoramiento romántico. O me van a decir que descubriendo el segundo placer más grato después de la mantequilla de maní a esa edad se comportó como el gran amante… ¡pues no! No me lo creo, no quiero.

Paralelamente
parece que quisieran decir que el amor lo perdona todo, hasta esa precocidad...
pero atención, sólo hasta que ya no lo
perdona más.
Así que ¡mosca!
Si usted se parece a Brad Pitt, no se confíe, trate de no comportarse como Joe
Black para que le rinda.
Feliz noche.
Nicolás Baselice
Wierman.
Caracas, Octubre
2013.
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