sábado, 25 de enero de 2014

Garbiñe Muguruza… ¿Cómo dijo?



“Y así Garbiñe Muguruza pasa a octavos de final del
 abierto de Australia 2014 . Este triunfo tiene sabor venezolano” eso dijo el comentarista de la cadena de televisión deportiva ESPN y despidió la transmisión dejándome como en película de ciencia ficción: en suspensión animada.

Vi el partido, lo enganché ya comenzado y por lo tanto me salté los comentarios precedentes. Esta Garbiñe tiene un juego fluido y hermoso, con recursos para adaptarse al oponente y mucha serenidad y presencia en la cancha. Jugaba con la número 10 del mundo y allí estaba ella con coraje desde su puesto 38.

Por ese “sabor venezolano” convertido en curiosidad criolla descubrí que, ciertamente, Garbiñe Muguruza nació en Caracas el 8 de octubre de 1993 y en 2005, a los 12 años, 
                                                            trasladó su vida a Barcelona, junto a su padre español y su madre                                                             venezolana.

Como todo está en internet, así también se enterarían en la Federación de tenis, ésta lo pasó al Ministerio del Deporte y de allí a Miraflores. En periplo contrario llega a Garbiñe la oferta, casi sin límites, de financiar su carrera deportiva si ella decide participar, en adelante, por Venezuela.

… Como otro logro de la Revolución pués. 

En la oferta se incluye cubrir económicamente su participación en cualquier torneo que desee, pertenecer a la selección nacional e, inclusive, ir a las olimpíadas.


Ciertamente no es la primera vez que el Gobierno de Venezuela patrocina, subvenciona o financia deportistas en rangos profesionales y el más emblemático ha sido Pastor Maldonado. Soy de los que creen que ese dinero colocado tras deportistas, independientemente de sus resultados, siempre será un dinero que está bien gastado y a la vista de los contribuyentes nacionales. 

En el caso de la Fórmula 1 siempre hay investigación y desarrollo que se traslada a la cotidianidad tecnológica del mundo. 

De Pastor digo: no se llega a ese nivel sino a punta de talento. Que a usted le caiga bien o no es otra historia. Pero siempre me pareció fascinante la contradicción que desnuda al Régimen cuando patrocina la participación de un venezolano en la más elevada expresión del Capitalismo en el deporte: la Fórmula 1.


Ahora bien, el intento gubernamental de apropiarse del talento e imagen de Garbiñe en su lógica de “Mejor comprar hecho que producirlo” para luego explotarlo a favor de la Revolución (y no creo estar adivinando nada) es, por decir lo menos, interesante. Me encantaría ver a los funcionarios tratando de explicar (o de esconder) el hecho de que esta familia haya emigrado de Venezuela dentro del lapso en que muchos pensaron hacerlo en vista de lo ya vivido, para ese momento, en revolución y que quienes lo pensaron y no lo hicieron hoy están arrepentidos. 
Tener que explicar el desarrollo de Garbiñe gracias a que lo hizo en el extranjero no sería fácil para el régimen y hacerlo diciendo que se dio a pesar de estar en otras tierras, no sería creíble y movería a risa. 
No sé las razones ni condiciones en que la familia Muguruza decidió su mudanza, pero no me nieguen que da para alimentar la contradicción, el chisme político y la leyenda urbana.

De momento Garbiñe no decidirá, según sus propias declaraciones, hasta el año 2015. A nuestros radicales de toda pelambre les pido que, cualquiera que sea la decisión de Garbiñe, no la agarren contra la muchachita. Es joven, es buena, es una fajada (entrenó seis meses desde una silla de ruedas por una lesión de tobillo), va en ascenso porque así lo decidió y esos valores son universales e inspiradores mientras que la geografía en que se nace es siempre un accidente. Si no fíjense, yo también nací en Caracas ¿Y?

Así que comience a deletrearlo y vaya de despacio a más rápido hasta que lo logre porque de repente habrá que pronunciarlo de corrido en cualquier conversación: GARBIÑE MUGURUZA.



Nicolás Baselice Wierman.
@nbaselice en twitter
Instagram @nbaselice

Caracas, enero 2014








viernes, 17 de enero de 2014

Maduro… ¿Y si fuera el hampa?

Desde el comienzo del Gobierno de Nicolás Maduro, y aún antes, el discurso oficial apuntó a la denuncia de conspiraciones y desestabilizaciones, de golpes y golpistas. Estas acusaciones terminan convertidas en “excusaciones” en el entendido de que siempre surgen como explicación a fallas en responsabilidades gubernamentales de toda índole, ya sean de provisión de alimentos y productos del hogar, de salud y atención hospitalaria o seguridad ciudadana.
Para ser equitativo habría que decir que también en sectores opositores al Gobierno se fantasea con la irrupción militar en la solución de esta situación que a su entender “no aguanta un día más…” argumento que por cierto es el mismo desde hace más de diez años.
De tal manera que en materia de Golpe nos movemos en un abanico que va del cuento del lobo feroz del Gobierno a la ensoñación de una parte de la oposición.

Para un Golpe, en su versión clásica, se necesita poder de fuego, dinero para financiar operaciones y alguna capacidad organizativa social lo que tradicionalmente queda cubierto por militares, empresarios y políticos respectivamente.

El Gobierno de Venezuela es un Gobierno militar desde su concepción hasta su composición. Se evidencia en la gramática discursiva (batallones, guerra, Comandante en Jefe), en las formas (chaquetillas seudomilitares, paradas de funcionarios uniformados de rojo) y en el gran número de cargos ocupados por militares activos, retirados y reinsertados (si es que así se denominan). Esto sin mencionar el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesspa) que más que                                                                                                                 controlar hacia afuera parece servir más 
                                                                                        a los militares para controlar y cercar hacia 
                                                                                        adentro, vale decir, al Presidente.
Estemos claros, en este país el poder de fuego, el dinero y el control social es, para fines prácticos, monopolio del Gobierno. Soñar con un Golpe que justifique al Gobierno o que salve a la oposición no pasa de ser eso: un sueño, afortunadamente.
Pero... ¿Y si fuera el hampa?

A ver. Está demostrado que los delincuentes en Venezuela están mucho mejor equipados en armas y explosivos que policías y militares (mientras éstos no apelen a tanques y artillería, supongo). Ya sean colectivos armados que toman zonas urbanas en las que la Policía no entra o “agentes libres” u organizados en pandillas y bandas o en esa supra estructura que sabemos que existe dentro de las cárceles. Esa suerte de Ejecutivo Nacional del Hampa que desde centros penitenciarios maneja muchas de esas bandas y pandillas y que se estructura en pirámide, en perfección envidiable, en pranes, luceros, carros; manejan unas cantidades asombrosas de dinero que administran eficientemente y surten de alimentos, municiones, armas, facilidades, drogas y entretenimiento a sí mismos y su entorno, según salió a la luz en cárceles como la de El Rodeo.

Cuando los pranes o líderes negativos, como gusta llamarlos el Gobierno, conversan con la ministra de cárceles lo hacen en un tú a tú que sorprende. Se dirigen a la “autoridad” desde una posición de fuerza que ya quisieran algunos trabajadores para la discusión sus contratos colectivos. En la guerra planteada entre el hampa y la autoridad, donde la mayoría de las bajas la pone la población inocente, si vemos los números, definitivamente la delincuencia gana. Y es lógico, le gana a un Gobierno que no es capaz de ordenar el tránsito de motorizados en la vía pública ni prever los ya tradicionales desmanes en entierros de malandros de los que se sabe un día antes.

El desalmado y alevoso asesinato de Mónica Spear ha hecho al Gobierno hablar de inseguridad. Se ha visto a Maduro hablarle a los delincuentes, a quienes antes invitó muy ingenuamente a dejar el delito y las armas, ahora de una manera menos suplicante pero en un tono que evidencia su posición de inferioridad frente a la delincuencia y la inseguridad. En algún momento le escuché decir que tenía “mapeadas” nacionalmente todas las bandas delictivas… ¿Y hasta allí? ¿Es acaso necesaria la ley desarme (Repromulgada y aún no reglamentada) para ir por sus integrantes y desarmarlos?... No los golpeen, no los apresen, no les violen sus derechos humanos, solo desármenlos y eso                                                         ya es bueno, preventivo y represivo a un tiempo.

Este sujeto que asesinó a Mónica no solo tiene prontuario, pertenece a una banda que hasta este momento en que escribo suma la docena de integrantes y que entre sus víctimas está un familiar del Director de la Policía Judicial y en ese caso la impunidad fue regla. De haberse actuado ¿Cuántas muertes se hubieran evitado hasta el 6 de enero?


Hoy informan las salas de teatro y algunos centros culturales que, dado el nivel de inseguridad, pasan sus funciones nocturnas a horas más tempranas. Ya lo venían haciendo los restaurantes con sus horas de cierre. El gobierno paralelo y de fuerza que es la delincuencia nos impone así un toque de queda de hecho.

Maduro… ¿Y si fuera el hampa la que está dando el Golpe y tomando el control? 
                                                                      Por lo visto ellos sí tienen con qué.








Nicolás Baselice Wierman.
@nbaselice
Caracas, enero 2014








Todos los PodCast de YdeashoyRadyo

Followme_230x40_white

Curiosea nuestras gavetas

Comentarios-Opiniones-Saludos

Lo más visto en 30