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miércoles, 22 de abril de 2020

Lalo, el hielo y Europa. In Memoriam





"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo..."

García Márquez, Cien años de soledad.

Este párrafo tan conocido siempre me recuerda a mi compadre.

Eladio era estudiante de la facultad de Ciencias, Química para ser exactos. Yo de la Escuela de Arquitectura y vecino de los laboratorios. Coincidimos una tarde en los pasillos de la UCV y me invitó a conocer el suyo, "su laboratorio". Él no lo sabía, pero siempre me han maravillado esos sitios.

Luego de un pequeño tour, una demostración:

Tomó una manguerilla de goma flexible, la introdujo con cierta precaución en un bote de aluminio humeante, como si contuviera hielo seco. Inmediatamente la sacó y la golpeó contra el mesón de trabajo y la manguerilla se quebró en pedacitos... se había cristalizado en un segundo... magia pura. Era nitrógeno líquido. 

Me explicó entonces que los gases se licúan a bajísima temperatura y ese frío extremo había cristalizado la goma en cuestión. Fascinante.

Muchos años después, nos recibió en su casa en Pushheim, Alemania, un pueblo a 20km de Múnich donde Eladio hacia un postgrado en año sabático.
Lalo y yo ya éramos familia, su mujer y la mía, Tere y Maritza son hermanas y mi hijo menor su ahijado. Allá estuvimos durante un mes. Era verano y rodamos por varios pueblos de varios países, por tierra, alternándonos el volante.

Cómo dije, ya éramos familia dentro de otra más grande y sumábamos catorce. Tres generaciones bajo un mismo techo. Fue nuestro hermano mayor, padre sustituto de mis hijos, nuestro catedrático doméstico, y nos hicimos grandes todos juntos y digo grandes como en el sur, porque viejos, solo algunos de nosotros.

Conocí su laboratorio en Múnich, me hizo el tour (yo en un laboratorio alemán. Disney world pues) y de nuevo...

La cristalización de la goma flexible.

-Lalo <le dije> tantos años y tantos kilómetros y me vienes con el mismo acto de magia del nitrógeno... y reímos.

Pues resulta que Hollywood lo descubrió después y utilizó el nitrógeno líquido para destruir todo tipo de enemigos implacables como en Terminator. No me sorprendieron. Para mí, el truco ya era un clásico y mi compadre Eladio un visionario.

Lalo me enseñó "el hielo" y, a la inversa de Colón en su tercer viaje, me llevó a descubrir Europa en el primero de los míos.

Este lunes, Lalo partió con la mayoría, al decir de Sabater. Lo hizo en silencio con la discreción que fue su marca. Era temprana la noche, seguramente fresca, como suelen ser en ese cerro donde, desde muy joven, decidió pasar la vida con su inseparable ElmeTere.
      

Al vacío por tu partida antepongo la certeza de que viviste la vida que quisiste, la que desde muy temprano diseñaste con Tere. Con altas y bajas, claro, es la vida. Pero también con hijos brillantes, nietos hermosos, cariños, vinos, buen café y mucho de reír... soy testigo.

Hablando de la muerte decías a Tere:

"yo primero y de un solo golpe"

y así fue.
Qué más se le puede pedir a la vida.

Compadre, auf wiedersehen .



Nicolás Baselice Wierman.
@nbaselice en twitter
Instagram @nbaselice
Abril 2020.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Odo querido, gracias por tanto.


Odo,
Llegué a la edad que llaman diabólica (será por lo del 66… supongo) y se me ocurre un balance a partir de tu recuerdo fijo desde hace ya tantos años y directo de la constante luz de esa velita de tu agenda, que sé cómo valoras, programas y conservas.






Son más de sesenta años y el recorrido ha sido afortunado. Una madre que, como si lo supiera, adelantó una presencia intensiva antes de irse a mis siete años. Algún día le escuché decir “este muchacho como que va a ser arquitecto”, mientras observaba un dibujo que yo había hecho para explicarle una casa que conocía y ella no. Inmediatamente se encargó mi tía, la madre que mis amigos conocen. Esa vinculación hizo que me convirtiera en primo de mis hermanos y mis hijos en sobrinos a un tiempo (son nietos de mi tía) La abuela me enseñó a leer, mi madre me mostró el método y la vocación y, al final, la tía me acompañó por todo el camino para que cumpliera aquella “vocación prescrita”.

Tradición no había en la familia y, al final del primer tramo, encontré al que sería mi amigo que un día me preguntó “Negro, ¿tú sabes dibujar? Y confiando en mi respuesta afirmativa me puso ante mi primer grupo de estudiantes a los que me presenté con la voz firme al ritmo de la clave desordenada que marcaban las rodillas aterrorizadas… y pasaron casi veinte años en la actividad que más pasión ha consumido en mi vida: la docencia.

Gracias Odo, porque además eras mi más familiar referencia de lo que debería ser un arquitecto. El no poder superar al maestro creo que me hizo tomar los caminos transitados de los que estoy absolutamente satisfecho. Cuando me reunía con los chamos del bloque en el 23 de enero donde vivía cómo pensar que tendría a cargo colecciones como la de Camile Pizarro o Armando Reverón para recibir personalidades internacionales con exposiciones que yo decidiría o que a tenor de los trabajos hechos fuera el único asistente extramuros del Banco Central de Venezuela para decidir la forma y concepto de un lanzamiento urgente en 24 horas y a petición directa del mismísimo presidente del banco.

Este balance es solo para creerme que las mujeres que me formaron están y estarían muy orgullosas de lo hecho desde ellas, pero también para agradecerte la guía que tanto en el codo a codo de proyectar juntos como a la distancia obligada del trancurrir del día a día has sido para tantos pero particularmente para mí.

Regalos como la amorosa amistad con tu (nuestra) hermana Ylleny sería una exageración si no estuviera equilibrada con ese otro regalo: Julio Cruz…
                                              Es broma porque hasta (y digo hasta) de Julio aprendí mucho. 
                                               Claro con él es a empujones y campanazos pero gracias igual.

Siempre interesado por mi estado sentimental fuiste testigo cercano del desfile de todas ellas, las que me deformaron. Desde asesorar a la madre de mis hijos hasta esa que esperé dos veces, cada vez durante veinte años, pasando por aquella que para ti siempre fue la ideal porque era “tan bella” (que levantaba sospecha. Loscher dixit) pero que solo era bella, hasta la que resultó el compendio de todo lo deseado pero que su marido no deja que se mude conmigo… en fin, que sabes cómo han sido y cómo ha ido.


Han pasado como 45 años y tengo que decir que eres el amigo más constante que tengo. No sé exactamente cuántos pero podría ser casi 40 que todos los años tengo tu recuerdo el día de mi cumpleaños como un hecho fijo. El formato es evidencia del tiempo. La nota debajo de la puerta, la llamada cantv, más tarde desde un celular pesadísimo que te agarraba donde estuvieras a esto del Email, Messenger, twiter, Instagram… Y es que venimos del blanco y negro y hoy vivimos a color. Si levantamos la mirada un poquito y dejamos de vernos el ombligo estaremos obligados a contrariar el dicho y exclamar “Ningún tiempo pasado fue mejor” en eso creo.

Odo querido, gracias por tanto.

Tu hermano Nico.

29 de noviembre de 2018.
(Me tomó casi cinco días escribir esto)

sábado, 20 de octubre de 2018

Mi Plegaria

…No te me vayas.

No me dejes tan solo aquí en esta turbiedad de la vida revuelta. En este fango del fondo del mar. Son demasiados años atadas nuestras esencias.

Vuelve, vente otra vez como eras: tan luminosa, queriéndome como solo tú sabes, consolándome cuando los demonios me hurgan el alma y me clavan sus anzuelos y me envuelven en sus redes.

 Vuelve porque te estás llevando demasiadas cosas contigo para ese otro espacio como para que después, yo, así, pueda sobrevivirte aquí.

Vente de nuevo con tu luz, con tu sangre amontonada en los cachetes cuando te enterraba mi amor en tus fondos.

Vente con tu fuerza, que no me engaño, es la que a mí me da vigor, verdad, intensidad para arrancarle a las entrañas del mar nuestro futuro y el de nuestros hijos.

 Ven, no te me vayas, no me dejes tan solo en este mundo confuso, rebosado, lleno de marejadas.



Nota: este texto, encontrado entre mis apuntes de siempre, extrañamente no tiene la nota de la fuente, el autor o alguna seña de origen. Suelo tomarlas para entrecomillar, de ser el caso, o poder dar los créditos, en fin, hacer lo que corresponde. Por ello, si tengo la suerte de que alguien lo lea y se dé el prodigio de que además tenga el dato, estaré doblemente agradecido de que me lo haga saber.
Anticipadas gracias.



Caracas-Venezuela, octubre 2018.

Nicolás Baselice Wierman.
estudionico@gmail.com

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Instagram @nbaselice


viernes, 3 de marzo de 2017

Doña Nieves, la Mamá Grande

Si algún tiempo de mi juventud recuerdo con felicidad y nostalgia es aquél en que formamos esa suerte de comuna (en la acepción hippie del término) en la que llegamos a convivir hasta 16 personas simultáneamente. Tres generaciones, la mayoría, si no todos, en formación y siempre bajo la mirada rectora de Doña Nieves.


Hacía muy poco tiempo, Nieves se había ido llenando de yernos y una que otra nuera, éstas de alta rotación por cierto. No le fue difícil, eran cinco niñas, todas bellas y un varón bastante sinvergüenza, virtudes ambas que la enorgullecía. Fue en esa época, cuando aún rondábamos los veinte años, algunos por arriba, otros por debajo, el tiempo en el que nos hicimos irresponsablemente prolíficos, cuando Nieves empezó a oficiar como la Mamá Grande de toda esa tribu.

Creo que eran los tempranos años sesenta cuando Nieves, que era La Maestra de su pueblo, provincia en la provincia, se viene a Caracas en busca de esa educación que quería para sus hijos y que sabía que allá no conseguiría. En el barrio al que llegó todavía existían las casas de vecindad y las de grandes patios de paredes de adobes de barro. En ambas vivió y en todas fue feliz… podría asegurarlo.


Manejó esa tropa con autoridad y disciplina muy particulares. Podía prohibir la ida a una fiesta vespertina a una de sus hijas y en el mismo minuto preguntar a otra de ellas, que anunciaba viaje a la playa de tres días con un amigo, si se iba a ir sin comer. Esa particular autoridad derivó en la pícara ternura casi ingenua de la que disfrutamos nosotros en nuestra adultez y sus nietos y bisnietos en su infancia.

Me gusta pensar que lo que hoy llaman responsabilidad social se inventó para ponerle nombre a eso que Nieves hizo, no como actos generosos (que lo eran), sino como una obligación moral de vida ante sus pares, familiares o no, que no habían tenido la oportunidad que ella construyó para sus hijos.

 Fue así como no dejó que aquella comuna se vaciara por completo y la realimentaba trayendo de aquella provincia a sobrinos, ahijados, hermanas, en fin… para que se formasen en algún oficio o profesión o para que por lo menos vieran que el mundo tenía otros modos, otras formas, otros límites. No todos resultaron como a ella le hubiera gustado, pero todos hoy lo reconocen y agradecen… no tienen escapatoria.


Hoy estamos aquí despidiéndola, con el dolor de la pérdida y la alegría de atestiguar una vida de más de 90 años, vivida a diseño propio, a plenitud y sobre todo la despedimos con la satisfacción de que hubo visto su obra hecha. Aquí estamos, somos parte de su hechura, de nosotros queda pasar a nuestra descendencia el reconocimiento de una vida que nos hace historia.


En lo particular, estoy en deuda y juego con ventaja. Esta existencia me regaló en sobredosis un trío de madres:
Luisa que me parió, Graciella que me crió y Nieves que me creció.

Doña Nieves, gracias por tanto.


Nicolás Baselice Wierman.
Caracas, marzo 2017.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Ojalá que hasta luego... In memoriam.

Era pasado el mediodía. El llamado del teléfono a mi lado me sacó de concentración. La voz al otro lado: joven con un punto de disfonía y de una particular musicalidad que invitaba escuchar el concierto completo sin apuros,  pide hablar conmigo por nombre y apellido.

-Mi nombre es Rayna Petkoff, le hablo de Cultura del Banco Central de Venezuela…

Tenía la referencia por alguien que, en ese momento, asesoraba al Banco en uno de sus proyectos culturales. Solicitaba de mí un servicio que estaba en la más baja de la gama que podríamos ofrecer a un organismo como ése. Tanto era así, que podría haberse hecho sin cargos sin producir la más mínima pérdida. Mas sin embargo, para no romper con nuestras normas internas de la compañía y enterado ya de la urgencia de la solicitud, mi respuesta fue:

-El único problema, señora Rayna, es que nosotros no trabajamos sin anticipo y el trámite seguro tardará un tiempo.

Era una pesadez. Ella y yo lo sabíamos, por lo que me atajó diciendo:

-¿Es que no entendió que estoy hablando del  Banco Central de Venezuela?
-Sí - copiando su tono- pero esta mañana titulaba el Nuevo País a todo lo ancho que el BCV está técnicamente quebrado.

…La verdad es que hasta aquí recuerdo el episodio. Lo que sí sé es que el trabajo se hizo a satisfacción, en el tiempo requerido y lo más importante: Sin anticipo.

¿Dije lo más importante? Pues no es cierto, lo más importante es que desde esa llamada ya no hubo discontinuidad de tu presencia en mi vida. Para cosas buenas y otras no tan buenas. Desarrollamos una amistad en paralelo con el trabajo que en la medida que me confiabas mayores responsabilidades profesionales, mayor era el cariño, la admiración y el agradecimiento.

De orígenes e historias tan disímiles, nada hacía suponer que llegáramos a conocernos y solo la Amistad (con atrevida mayúscula) podía hacer que más de veinte años después, hoy en tu partida, sienta este dolor tan profundo, lleno de vacío casi contradictorio con esa infrecuencia y constancia que nos unía.

Cada vez que tu salud nos acercaba, solo los argumentos podían ser consuelo y esperanza. Para mí, siempre fue tarea difícil porque ante tu temor estaba el mío con dolor. Sin embargo logré esa idea que funcionó en esos dos momentos extremos:

-Además, -Te decía- quédate tranquila, recuerda que yo me voy a morir primero que tú. Uno, porque la bilogía así lo ordena, yo soy más viejo y, y dos, porque me da la gana.

(“Me ronca la gana” te gustaba decir) Y en ese momento pasabas del llanto a la risa, creo que agradecida. Desafortunadamente no te pude cumplir. Ya sabrás perdonarme.

En este momento hago mía la idea de nuestra amiga en común: “Hoy quiero creer que existe la otra vida. Quiero creer que voy a volver a oír tu voz, ver tu sonrisa, el énfasis de tus manos y si fuera posible, el tic tac de tus pasos” Así es, hoy quiero creer.

Si me pusiera, y permíteme el término, hemerotético, podría saber el día exacto de nuestra primera conversación y el entorno del horario laboral daría un espacio bien preciso del momento cero de nuestra amistad. Lo que será imposible es ponerle una última fecha, porque no basta la muerte para un final en ti. 
Como te lo gritó alguna vez aquella pared que se veía desde tu escritorio:

Tú eres defiinitiva.


Porque hoy quiero creer…

ojalá que hasta luego. 
Por lo pronto te voy a extrañar,

                …Y mucho.

Besísimo.




Nicolás Baselice Wierman.

@nbaselice

Caracas, noviembre 2015

martes, 28 de abril de 2015

A mis amigos de La Noche

Sr. José Hervás.
Pepe:


En vista del interés que suscita la situación venezolana en España y con la idea de que la información esté un poco menos diluida trataré de hacer un apretado resumen de la situación comunicacional y el estado de la libertad de expresión en Venezuela.

Rápidamente he de decir que estas dictaduras de nuevo cuño, que acceden al poder por elecciones están obligadas a guardar algunas apariencias democráticas a diferencia de las antiguas de Franco, Leonidas Trujillo y nuestro Gómez, por solo nombrar tres iberoamericanas. Esas apariencias se guardan en Venezuela con continuas elecciones que solo se respetan cuando gana el Gobierno. Si las pierden nombran funcionarios por encima de alcaldes y, de ser necesario, apresan y despojan de curules arbitrariamente, como los casos de Ledezma y Machado que ustedes por allá sé que conocen.

A principio del año 2007 en entrevista al periodista Andrés Izarra, para el momento presidente de TeleSur y ex Ministro de Comunicaciones de Chávez, expresa por primera vez la tesis de la “Hegemonía Comunicacional” que, negando todo parecido con el pensamiento único, lo presentaba como una batalla en el campo de las ideas ante la hegemonía del capitalismo y sus valores.

Todo venía a cuento por el inminente retiro de la concesión a Radio Caracas Televisión (RCTV) unos meses más tarde. Llevado a cabo el cierre de RCTV, la más antigua de las televisoras venezolanas, quedaba en el panorama otra fuerte opositora mediática: Globovisión. Esta planta, muy joven (21 años hoy) y de alcance muy limitado, muy local, pero que se hizo nacional e internacional a través del cable, luego de innumerables procedimientos administrativos, multas descomunales y cerco publicitario, sobrevive hasta la fecha de asignaciones de espectros digitales cuando no sale beneficiada. Hablamos de finales de 2012 y de futuro término de concesión en 2015. Estas dos circunstancias hacen de Globovisión un negocio inviable hasta para su venta. Es claro que los compradores de la planta tendrían alguna garantía del Gobierno en cuanto a concesión y acceso a la red digital, de lo contrario sería tirar el dinero. Es marzo de 2013.

En el interín, amén de una serie de cierres de emisoras de radio de menor calado, se fue conformando la asfixia de varios medios escritos a través de la disminución o negación de suministro de papel bien fuera a través de la limitación de divisas para la compra en el exterior o de la empresa del Estado fundada para proveer papel periódico denominada Corporación Maneiro. Pero al mismo tiempo, con la llegada de Maduro a Miraflores, toman la decisión de continuar la compra de medios, mecanismo que presenta cierto grado de potabilidad democrática puesto a prueba en el caso de Globovisión.


Instalaciones de la Cadena Capriles
Es así como se enfila primero hacia la Cadena Capriles, consorcio histórico y próspero con una infraestuctura editorial de las más avanzadas de Latinoamérica. La Cadena Capriles, en una estrategia inteligente de equilibrio y sobrevivencia política, había cedido una de sus publicaciones (Ultimas Noticias) a una línea editorial progobierno y otra de ellas (El Mundo) a la franca oposición y denuncia. Es apenas mayo de 2013 y Miguel Ángel Capriles López, el heredero del consorcio, anuncia, puertas adentro, la decisión de la venta con mucho pesar, según sus propias palabras.

Una digresión: Este capítulo nos lleva a España donde viven, desde hace décadas, el resto de los accionistas, sus seis hermanas mayores, a quienes no pudo convencer de no vender. Otro detalle, en las semanas previas a la venta recibieron al ex ministro Izarra                                                                                      (hegemonía comunicacional) a quien se le hizo un tour 
                                                                    por la totalidad de las instalaciones de la Cadena Capriles.

Mientras tanto aparece una cantidad de publicaciones de carácter gratuito de rango municipal y hasta vecinal de formato tabloide y de generoso paginado absolutamente volcados a la promoción de la obra de gobierno y negación de muchos de los males. Por ejemplo los lunes reportan los muertos en Gaza e ignoran los ya tradicionales más de 30 del fin de semana caraqueño por violencia delincuencial. Además por su léxico, redacción y diseño, están claramente dirigidos a la población más humilde, que según la cúpula chavista es su mercado electoral natural.

Llegamos a 2014 y le toca el turno a El Universal, conservador y casi centenario, que a decir verdad, se trata de vender desde 2006 cuando la confrontación entre Chávez y Andrés Mata, su antiguo dueño, es tan frontal que el primero hace burla del segundo, en cadena nacional, por su manera de hablar. Las primeras informaciones hablaban de un grupo español que lo adquiriría pero descartados ABC, El País y El Mundo, derivaron las sospechas hacia grupos cercanos al emergente Podemos de Pablo Iglesias. Fuentes del entorno del alto Gobierno desde el anonimato revelaban "No busquen por los rincones. La compra  de la Cadena Capriles  como la de El Universal, igual que las otras, son operaciones que tienen un mismo origen. Factores del poder del gobierno y el chavismo".

A la luz de hoy, sin importar quienes son realmente los nuevos dueños de todos esto medios, es obvia la tendencia por su línea editorial y por el despido de buena cantidad de periodistas, articulistas y caricaturistas incómodos, por decir lo menos, para el gobierno.

Pero hay impresos que parecen irreductibles, no se venden a ningún precio y al propio tiempo tratan de no rendirse a ninguna presión. El Nacional y Tal Cual podrían ser la muestra de historias similares en la base de la pirámide comunicacional, en medios de provincia y cada uno a su escala.

Tal Cual es fundado y dirigido por Teodoro Petkoff en abril de 2000 a solo tres meses de haber sido despedido por presiones gubernamentales de la dirección de El Mundo, vespertino de la Cadena Capriles. Tan frontal en su oposición a Chávez que su primer editorial se titulaba “Hola Hugo”… así de directo… y eso se paga. Hoy, 15 años después, para la fecha de su aniversario anunció que pasaba de diario a semanario y de papel a digital… resistiendo. Luego de mermar en paginado, publicidad y recursos.

Diosdado Cabello en su programa de TV "Con el Mazo Dando"
Diosdado Cabello en su programa de TV
"Con el Mazo Dando"
Para estos medios se abre un nuevo flanco de ataque y son las peculiares demandas judiciales por difamación que presenta Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y segundo de a bordo del régimen contra estos diarios. Son demandas que no solo van al firmante de los artículos de opinión que le molestan en reclamo de una réplica o desmentido, sino que van además en contra de la junta directiva en pleno y accionistas con las respectivas solicitudes de prohibición de salida del país y algunos con régimen de presentación periódica, como es el caso de Teodoro Petkoff de Tal Cual, por cierto ganador del Premio Ortega y Gasset 2015.

Hoy El Nacional, con un poco de más músculo financiero, resiste con merma en su paginado (Buena parte de la información va referida a la web y articulistas semanales pasaron a quincenales o mensuales) y donaciones internacionales de papel (muy simbólicas por cierto) pero junto a Tal Cual y La Patilla (Portal Digital de un antiguo socio de Globovisión) enfrentan una demanda de Diosdado Cabello como la descrita antes por haber reproducido denuncias contra el Capitán Cabello publicadas originalmente en el ABC de España. Podemos anticipar que los tribunales no solo aceptarán la demanda sino que, por ejemplo, Miguel Enrique Otero, quien estuvo en La Noche por cierto, muy pronto tendrá prohibición de salida del país en complacencia tribunalicia a los jefes de la Revolución.

Así las cosas, como ya dijimos, no importa mucho quién haya comprado ni con qué dinero. Hoy sabemos que es política de Estado y cuál su objetivo: La hegemonía comunicacional.

Pepe, la lectura que haces de las diferentes primeras páginas en La Noche para ver el abanico de información, en Venezuela se hace completando con portales independientes que es lo que nos va quedando. De no ser así, ese abanico sería de una sola varilla.

Como muestra de lo trivial que puede ser un periódico de tanta historia como El Universal cuando quiere esquivar la realidad está este titular de primera página del 23 de abril:
 “Las cinco cosas con más gérmenes en una casa”

Pepe, si has llegado hasta aquí, agradezco mucho tu tiempo. Soy un seguidor ferviente del La Noche en 24 Horas, con interés por las noticias y nostalgia por la discusión sana, edificante y sin miedo de criticar al poder, que se ha perdido en Venezuela y es lo que se respira en La Mesa y entre contertulios.

Gracias. Felicitaciones y saludos a Sergio y al equipo de realización.

Desde Caracas-Venezuela, abril 2015.

Nicolás Baselice Wierman.

@nbaselice

viernes, 28 de febrero de 2014

Gracias Bettsimar





Febrero se ha convertido para los venezolanos en un mes emblemático. Contiene en sí, aquel fatídico 27 de 1989 conocido hoy como 27F y el 4F polvo de los lodos de hoy. Como desde entonces no hemos dejado de vivir en una constante línea límite tenemos casi para todos los meses efemérides alfanuméricas que, de tantas, ya hoy cuesta recordar su significado.

 Así el 11A, 27N, 14A, y ahora en 2014 el 12F o, como leo hoy en un diario,hasta la ecuación 19F=27F hacen difícil darle nombre y apellido a un día importante para la venezolanidad soñada, añorada.
Este 19 de febrero de 2014, así con todas sus letras, amanecimos obligados a hacer una pausa en la tristeza y oscuridad de los días previos (y por venir) para, redundantemente, alojar otra tristeza.
Bettsimar, nuestra prima, la hija de Tío Simón, desde su cuenta de twitter nos decía: “Con lágrimas le anuncio al país que mi amado padre, partió esta mañana, en paz”.

La partida de Simón Díaz, si bien no nos sorprende, sí nos ha sido muy dolorosa. Estas palabras no sólo son poco originales sino que al decirlas en voz alta se oyen como el eco de un coroprimordial multitudinario y que esperanzadoramente se impuso a ratos por encima de los gritos, las agresiones en cadena, las detonaciones y el humo del momento.
La muerte de Simón en estos días de tan aciaga circunstancia puede tener toda clase de significados. Desde el muy pragmático cumplimiento de un muy completo ciclo vital de 85 años hasta el casi místico de convertirse en un alma unificadora. Pero la noticia no podía tener un vocero más amorosamente calificado que Bettsimar Díaz,su hija.

Bettsimar, siempre supe de ti a través de familiares y amigos cercanos al trabajo del Tío, donde fungías de asistente y luego productora, quién sabe si desde la aproximación y la curiosidad del niño por el trabajo de su padre-héroe. De la propia boca de Simón me enteré de que te habías hecho poeta y lo decía a partir de la comparación de sus poesías, las de ustedes dos, donde la tuya era diferente y superior, según él lo afirmaba. A partir de ese momento (y todo esto desde mis ojos de espectador y seguidor “tras las cámaras” de la música y los músicos) comienza a darse el cambio referencial de la “hija de Simón” a “el papá de Bettsimar”. Te haces un nombre sonoro en la movida cultural. Comienzas a tener una personalidad pública propia tan difícil para los hijos de personajes pero que paradójicamente se mantuvo amorosamente unida a la de tu padre.

Recuerdo una anécdota de Simón con Aldemaro, otro grande, un lince en la defensa de sus derechos de autor, en la que le preguntaba que cómo manejaba lo de sus derechos y regalías por sus composiciones a lo que Simón le respondió con ingenuidad, el mejor defecto de la gente buena, que no sabía de qué hablaba.
Bettsimar, podrías desmentirme este cuento y sería entonces, desde ese momento, una leyenda urbana, pero cómo negar que hablaperfectamente de la bonhomía, amor al arte y sencillez de tu padre. De hecho la grabación original de Bamboleo que Gipsy Kings funde con Caballo Viejo da el crédito como “Anónimo Latinoamericano”… provocaba decirle: ¡Más anónimo será usted!

Así como en ese cuento Aldemaro pone los pies de Simón en la tierra puntualmente, quiero creer que te convertiste en albacea del tránsito de tu padre a la inmortalidad. Supongo que no es fácil crecer, no solo dentro de la fama, sino rodeado del prestigio que se va gestando desde ella y en ese proceso tomar conciencia de la responsabilidad en la dualidad pública-privada.

Fuiste el catalizador de la reinvención de la obra de Simón para consumo de otros públicos, más jóvenes, más ácidos, más exquisitos. Aparece la firma Díaz en conciertos de onda nueva, jazz, rock, lo que ahora llamanneofolklore, en fin, casi cualquier género. Cómo no pensar en este momento en Simón Díaz Remixes, esa loquetera que terminó siendo un gran éxito de ventas pero sobre todo de creatividad.

Tu trabajo sobre, como digo yo, las historias de las historias de papá, en ”Todo sobre mi padre” nos hacen recordar lo que nunca hemos olvidado, sus historias ya conocidas y otras no tanto un poco más íntimas, todas llenas de venezolanidad sin nacionalismos absurdos. Porque así es la cultura, no entiende de rayitas en mapas y pueden ser oídas como locales desde cualquier rivera del “Arauca vibrador”.
Desde hace tiempo vengo pensando en cuán difícil debe haber sido decidir bajar el perfil público de Tío Simón sin que desapareciera su presencia en nuestra cultura y sentimiento. Si fue consciente o intuitivo, no lo sé, pero en cualquier caso debe haber sido muy duro por la certeza del final.

Bettsimar desde aquí afuera quiero decirte que fue perfecto. De este lado sentimos que Simón cantó hasta ayer en directo y ante público. Gracias por proteger la dignidad de Tío Simón guardando la imagen de su sonrisa, siempre tan tierna, últimamente con ese halo de plácida ausencia para los más íntimos y mantener en nosotros la del Simón bueno, pícaro y vital, en fin, la de nuestro héroe, sobre todo en estas horas en que estamos tan necesitados de héroes civiles.

Bettsimar, tal como nos lo anunciaste su partida fue en paz y, mucho por ti, no podía ser de otra manera. Si como padre pudiera hablar después de la partida final y viendo en retrospectiva, ya Tío Simón te estaría cantando al oído una canción titulada “Gracias”…

Gracias Betssimar, por la dignidad, por la transición construida y por regar ese amor que de tan sencillo y auténtico no cupo en una sola familia… Gracias.

Nicolás BaseliceWierman.
@nbaselice

Caracas, febrero 2014

viernes, 29 de marzo de 2013

Te doy mi palabra.

Palabra por palabra, para ti y desde ti.


Lo nuestro ha sido como los matrimonios arreglados desde la infancia que aún hoy persisten en algunas culturas. Mi abuela se jactaba de haberme enseñado a leer desde los cinco años y mostraba un papelito donde yo le había copiado la letra completa de El Relicario, canción que cantaba, según ella, Pedrito Rico, una suerte de Boy George español de la época del blanco y negro. No tengo conciencia en la memoria de ello pero hay un documento que lo certifica… el papelito. Y desde entonces supe que, de solo oirte, podía dibujarte.




Lo cierto es que, como todo enamoramiento serio, creció desde la admiración y se expresa con respeto y complicidad.

A través de los años y desde la irrupción de las hormonas te utilicé para atraer o despedir mujeres que creí amar sin darme cuenta de que siempre estabas tú, y a través de ti la cosa prosperaba o no. Me recuerdo entre lágrimas, viendo a una de ellas que se largaba y vaciando un closet dijo “estos álbuNes son míos”… Esos “álbuNes” con esa sonora N puesta en evidencia por el plural, trocó el guayabo en decepción, secó las lágrimas y se convirtió en Nada que, por cierto, sí se escribe con N.

Y la vida continuó, y tú siempre presente, aunque ellas estuvieran, en esos aires adúlteros, pero sobre todo, llenando esos vacíos en los que ellas, las otras, no estaban.
Aprendí a quererte con tus contradicciones internas que las tienes como toda hembra que se respete. Me encanta cómo te debates en esas voces indígenas tan de moda en estos tiempos: Waraira Repano, Wayu, Warao, escritas con esa “W” nuestra tan foránea pero tan endógena. Esa “W” que usada en esos nombres, y valga la paradoja, es de pronunciación sajona perfecta entre nosotros.

Siempre generosa nos inventaste la letra eñe, para que la usáramos sonoramente y con efusividad cuando se hiciera necesario. Nos la diste de regalo con ese moño hermoso en la cabeza, de nombre tan castizo que malagradecidamente nadie recuerda.

Todos te usan, pero hoy pocos te respetan al grado de que muchos te atropellan, te abusan. Y qué decir de los que te convierten en mentira para engañar mayorías.
Hoy quiero que te quieran y a la fecha me he convertido en un defensor de tu integridad. En el metro oigo a los liceístas quienes de haberlo sabido “fuéramos venido antes”. Como viejito entrometido los corrijo y les explico que hablar mal es como hacerlo con la boca llena. Los rechazarán en la entrevista de trabajo así como tampoco les aceptarán la siguiente cita amorosa y nunca se enterarán porqué.

Contra los bancos, la cibernética y el snobismo de siempre tenemos que frenar innecesarios verbos como aperturar o accesar. Es duro pero cuando les digo que tendremos, más temprano que tarde, que aceptar aperturamentamientos y accesamentares, entienden que eres bella y no necesitas de cirugías con mala praxis.

El momento político nacional ha hecho de la nuestra, una relación de amor militante, comprometido. Yo que no soy político profesional y que ya no estoy, aunque quisiera, para marchas de protesta “sin retorno”, busco mi terreno de resistencia y lo encuentro en  ti, la palabra. Pido en público no repetir las que el poder mal usa con carga deformadora y alienante como escuálido, pírrico, o esos femeninos demagógicos engordadores que implotan tu hermoso cuerpo; ni el estribillo coral de palabras que a gritos las vacían de contenido como socialismo, izquierda, democracia o libertad. En la tradición de Orwell, el poder siempre trató de hacerte instrumento de dominación y convertirte en neolengua “el único idioma que no sólo no crece sino que se acorta” que limita el pensamiento. Por eso, parafraseando al poeta, hoy la lengua es nuestro único lecho.

Hay veces que en delirios imaginativos te veo reinando como cuando le quito la imagen a la televisión y, oh sorpresa, casi invento la radio. Eres tan comienzo y final que contigo se puede cantar a la vida o despedirse de ella. Eso me lo contó el suicida por cierto.

Sin ti los conversadores de la Mastretta no existirían, tampoco los experimentos juguetones de Rayuela, ¡Ave Cortázar!, ni habría cómo contar el realismo mágico tan preñado de mariposas amarillas. No tendríamos la cotidianidad divertida de @CorreodelGuaire donde navega el Chunior de Emilio. Todos dan cuenta de tu omnipresencia y te aman a su manera. Pero yo, como amante clásico de poema barato, soy el que más te ama.

Y no sé si te amo por solidaria, sería una razón más, porque siempre estuviste allí. Me acompañaste a despedir a papá “dejando correr sus cenizas en el río” a bienvenir a mi nieta, la primera descendencia mujer en años que trajo en la piel “un rosado tal que hubo que agregarlo a la paleta porque nació ese día con ella” y a desear enamorado “una casa sin rejas donde se perpetre con impunidad el delito de sus piernas”… Por eso, ante la trillada elocuencia de una imagen versus las mil palabras, siempre escogeré las palabras porque con ellas, ordenándolas de diferente manera, cambiando de sitio comas y puntos e intercambiando sustantivos podría describir muchas, muchas otras imágenes. De hecho, hoy en día hay místicos cibernéticoposmodernos que creen que se puede tumbar gobiernos con sólo 140 caracteres.

Acariciarte en mis escribires y saberte al borde del climax va siendo mi mejor experiencia de vida.

Siempre en ti,

                    Nicolás, tu otro amante.

PD: ¡Ah! y la prueba es que esta carta, hasta aquí, solo tiene 929 palabras.


Nicolás Baselice Wierman.
@nbaselice en twitter
Instagram @nbaselice
Marzo 2013.

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