martes, 31 de julio de 2012

De la tragedia a la comedia


“Todos los grandes hechos y personajes de la historia universal se producen dos veces.”
G.W.F. Hegel (1770 – 1831)

“Hegel olvidó agregar: la primera vez como tragedia y la segunda vez como farsa…”
Carlos Marx (1818 – 1883) Enmendándole la plana a Hegel.


En el siglo XIX los movimientos de liberación consecuencia de previos procesos de colonización, quedaron registrados en la historia como de avance hacia el ideal de sociedades libres y de hombres libres. Así, las independencias llevadas a cabo en América, de norte a sur, contra ingleses, franceses, portugueses y españoles principalmente, gozaron de una casi inmediata consolidación.

El proceso de desarrollo de los derechos civiles individuales y humanos, así como de libertades sociales durante la primera mitad del siglo XX seguido  por la globalización de la información hacia el final de ese siglo gracias al avance tecnológico acelerado que lo caracterizó, exige de la política unas formas de nuevo cuño. Si bien es cierto que aún existen modelos neocoloniales, pretender enfrentarlos a caballo y lanza es un absurdo histórico, por decir lo menos.
Las llamadas revoluciones del siglo XX, en la medida en que no se apoyaron en las nuevas tecnologías y en el desarrollo y democratización del conocimiento y por el contrario se sintieron continuación de gestas históricas pasadas o émulos de las mismas, terminaron siendo parodias de sus modelos. Más aún, muchas de ellas, en virtud de su larga duración les alcanzó el tiempo para desdibujarse al grado de “Teatros de representación de la tragedia a la comedia”.

Los “hombres fuertes” de la primera mitad del siglo XX aparecidos en Europa, América latina y África en su mayoría llegaron al poder por actos de fuerza en muchos casos justificados y por oposición a largos períodos de tiranías, despotismos, corrupción y tradiciones a contravía de los tiempos.
Una vista rasante por nombres conocidos nos dará elementos suficientes para entender cómo entran en la historia por la puerta del drama trágico y a la larga (por largo) tienden a salir por la trastienda de la farsa, de la comedia.
Así tenemos por ejemplo a Leonidas Trujillo en República Dominicana (1930), Francisco Franco en España (1938) Fidel Castro en Cuba (1959), Muhamar Gadafi en Libia (1969), Idi Amin en Uganda (1971), Nicolás Caecescu en Rumania (1974) y Mugabe en Zimbawe (1980). Podríamos agregar a esta lista de permanentes empoderados a Daniel Ortega de Nicaragua.
Ortega sería el único de este grupo que realmente se repite, según la hipótesis Hegel-Marx, luego de liderar el enfrentamiento en armas del sandinismo contra la dinastía Somoza. Hoy en día el Comandante Ortega, como le gusta hacerse llamar, no es más que la caricatura de lo que políticamente se esperaba de él y su movimiento en los años setenta.

Visitemos a uno por uno.

Leonidas Trujillo, como jefe del ejército, participó en el golpe de estado contra el gobierno Horacista (Horacio Vásquez) enfrentando las aspiraciones continuistas de un régimen que adolecía de los clásicos males que justificaban los golpes de estado en América Latina en esos años. Trujillo asciende al poder y es promocionado y percibido como el “Hombre Nuevo necesario”. Desde 1930 hasta su muerte por un atentado en 1961 se desarrolla su paso de la tragedia a la comedia. Era llamado en voz baja “Chapita Trujillo” apodo con muchas teorías de origen. Particularmente prefiero el de las condecoraciones como chapitas que exhibía en su pecho y zonas aledañas en todas sus apariciones públicas. De no ser por los muertos, violaciones, humillaciones, desapariciones y otros abusos legales; provocaría risa el protocolo establecido de hacerse llamar "Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva";  la denominación de Ciudad Trujillo a la ciudad Capital, así como darle su apellido a algunos importantes accidentes geográficos. El “Hombre Nuevo” terminó siendo el caporal de República Dominicana y dueño de su hacienda y de la vida de sus ciudadanos.

Francisco Franco, como consecuencia de la Guerra Civil se hace del poder en España, en el entorno de la euforia del fascismo tan en boga en esos tiempos y de buena acogida en Europa. A la derrota de Hitler y del fascismo, da un giro al personalismo y logra sobrevivir al grado de morir en su cama en 1975 sin dejar el poder, después de una agonía que particularmente recuerdo como un acto de circo del tipo “Ahora me ves, ahora no me ves” y aún desde la cama restituyó la monarquía con la idea (digo yo) de seguir influyendo más allá de su muerte pero el Rey le salió demócrata. La moneda española con la imagen de Franco y la inscripción “Caudillo de España por la gracia de Dios” creo que es reveladora de la conversión del drama a la farsa.

Fidel Castro, el comandante de la Sierra Maestra, gana el drama de la guerra de guerrilas en Cuba en 1959. Era percibido como el gran héroe, lo que no era muy difícil ante un gobierno como el de Fulgencio Batista. Era la concresión de la utopía, la posibilidad de la sociedad cubana de acceder al cielo. A la vuelta de poco tiempo entre fusilamientos y escasés se emprende el camino de la dependencia política total. Asume el marxismo en 1961 y enfrenta al imperialismo norteamericano con la farsa de la alineación con el imperialismo soviético del que se hace colonia en la práctica. Hoy, 53 años después, no obstante sus absurdas reflexiones, cómica evidencia de su estado de senilidad mental, sigue siendo el emblema de un poder dinástico en una Cuba sin libertades, dependiente del mejor postor y con un nivel de vida nada acorde con los tiempos que se viven.

Muhamar Gadafi lidera la revolución de 1969, derroca la monarquía y sustituye el Reino de Libia por la República Árabe Libia. Todo un avance formal. Por sus ideas de izquierda, su anticolonialismo, antioccidentalismo y su edad lo llegaron a llamar el Che Guevara árabe.
De todas las transformaciones que acomodaticiamente adoptó Gadafi en su historia política nos atrae mucho para estos apuntes la que creó esa suerte de RockStar árabe que llegaba a los hoteles de todas las estrellas pero se alojaba en una carpa en los alrededores, con su harem de cuidadoras, protectoras, guardaespaldas que producían fantasías eróticas de todo tenor en los observadores externos. Pero nada como el paso de los uniformes marciales condecorados a las batolas coloridas con gorros del mismo tenor que no siempre cubrían ese particular corte de pelo al aire que terminó exhibiendo hasta el primer día de su muerte.

Idi Amin alrededor de sus 20 años peleó en la Segunda Guerra Mundial para el ejército británico, ascendió a oficial entre pocos y fue nombrado Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de Uganda luego de la independencia. En 1971 protagoniza un golpe de Estado que lo lleva al poder. En principio moderado en su política y en la relación con las potencias occidentales, pero, como siempre pasa, se hace ultranacionalista y como todo elemento de esta especie, se cree el origen de la historia y en sus apariciones lucía con aire de emperador, uniformado y condecorado hasta sus límites, que dada la talla de su humanidad, era un amplio territorio.
Y he aquí que detrás de la comedia del Emperador estaba el drama trágico de las 200.000 víctimas de su represión y exterminio de etnias como respuesta al intento de derrocarlo de 1974.
En 1978 invadió a Tanzania de donde salió con las tablas en la cabeza hacia Libia y de allí a Arabia Saudí hasta su muerte en 2003. En películas hechas posteriormente donde se menciona o es el tema central, las interpretaciones rayan en la caricatura, pero es que no era posible hacerlo de otra manera sin traicionar la historia.

Nicolae Ceaucescu Presidente Rumanía desde 1974, no obstante estar del lado del bloque soviético tuvo una política de apertura hacia la Comunidad Europea pero a lo interno era fiero Stalinista. Viró rápidamente a la comedia intentando convertir a toda la población de rural a urbana por decreto y a fuerza de demoliciones, literalmente hablando. Su máximo performance cómico (sin contar las imágenes del juicio y el cuento de su escape) fue la convocatoria a una concentración de apoyo popular hacia él que se trocó en abucheos y reclamos ante una cara de desconcierto que ni ensayada. Es que se creía de verdad merecedor del amor de su pueblo. La vanidad de estos personajes es siempre mayúscula. Las imágenes oficiales de Caecescu, todas en la estética del realismo soviético, se habían quedado congeladas en sus años mozos. A él le encantaban.

Robert Mugabe es un caso interesante en tanto que accede al poder desde la lucha libertadora enfrentado al régimen blanco-racista de Rodhesia hasta su independencia y conversión en Zimbawe en 1980. Con el prestigio de “Héroe de Independencia” y responsable de hacer de ese País el “Granero de África” por su éxito económico, es que no se entiende a la vuelta de más de 30 años esta antípoda en que se ha convertido Zimbawe.
La explicación se puede encontrar en la metamorfósis de su Presidente de héroe popular a Tirano introspectivo.  La vida de Mugabe se desarrolla puertas adentro del Palacio de Gobierno donde se atiende sólo los ruidos que molesten al Presidente. Sus reiterados triunfos electorales han sido denunciados por fraudulentos, lo que no es un rumor porque las persecusiones políticas y represión sangrienta está a la vista del mundo. Su estilo de vida es un definitivo alarde de narcicismo, sus celebraciones onomásticas sobrepasan cualquier cálculo lógico en un país que detenta el record mundial de inflación en muchos miles por ciento (Sí, miles por ciento).

Una anécdota cómico-trágica: En el año 2007 pretendió revocar la ley de oferta y demanda. Ante una inflación del 10.000% decretó un recorte de precios del 50%. Comerciante que no cumpliera era encarcelado y sus tiendas y fábricas expropiadas. El resultado… escases y desaparición hasta de las materias primas. De Héroe Libertador (Drama) a malabarista de la economía (Comedia).
Su acto más tiernamente cómico nos lo hizo en Venezuela y fue dormir a pierna suelta en una cumbre de Presidentes. En esa oportunidad le entregamos la réplica de la espada de Bolívar (qué bolas). Hoy me enteré de que ese performance del sueño en público ya es tradicional, claro, son casi 90 años.

Ante todos estos personajillos tenemos la figura inmensa de Nelson Mandela que contrariando el algoritmo de Marx transitó del Drama a la Gloria. En estas tres líneas con este nombre equilibramos y exorcisamos el peso negativo de las anteriores.


Nicolás Baselice Wierman.
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Caracas, julio 2012

sábado, 7 de julio de 2012

La señora Barragán


Había llegado el día. Después de tanto imaginarlo, había llegado el día. Siempre supo que sólo una situación como ésta lo pondría todo al descubierto. Se desplazaba en taxi por la avenida sin dificultades de tránsito. La tarde de un sábado es así, engañosa. El destino es siempre el mismo, la muerte, y ella iba a encontrarse con la de Federico.

Había sucedido en la madrugada de una forma tan inexplicable como aparatosa. Todo fue muy rápido, tanto que casi se agradece. Luego de la difícil identificación legal y la decisión de no dejar ver más el cadáver por tanto deterioro, ahora tenía una sola ansiedad: finalmente iba a conocer a la otra. No sólo estaba convencida de que Federico tenía otra mujer sino que, aunque no se explicaba en qué momento la atendía, sabía que era una relación de muchos años. Tantos como los de su propio matrimonio por lo que le parecía que nunca tan bien aplicada lo de “relación paralela”.

Tan sólo 18 meses fueron necesarios para decidir vivir juntos luego de aquel encuentro de grupo  en el que casi por descarte terminaron conversando a la entrada del baño de hombres donde se tropezaron cuando ella pretendía entrar y él saliendo le indicó…

            -El de la izquierda.
            - ¡Ah claro! –le respondió ella sin darle importancia.

Recordaba que al salir del servicio él estaba aún allí y le extendió la mano…
            -Federico, me llamo Federico.
            -Andreína, le dijo ella aceptando su mano.

            Desde ese día, hacía ya doce años, habían hablado todos los días y dormido juntos el resto de las noches después de tres semanas del encuentro en la puerta del baño.

Para Andreína era la historia de amor perfecta, a primera vista, sin besar muchos sapos, cariñoso sin exageraciones, responsable dentro de lo creíble y aseado. Cuánto había rogado de joven por esa característica y agradecido en la temprana madurez. Además Federico contaba con algunas habilidades que permitían una clara distribución de roles: ella podía con los fogones y él con los destornilladores.

“La verdad es que nunca dejaste gotear un grifo por más de dos días –decía Andreína para sí- y los cortocircuitos no nos produjeron nocturnidades fuera de horas…  pero seguro que allá, con ella, contratabas al técnico y te hacías el héroe con las manos limpias, eras un bicho Federico”.

            Estaba por llegar al sitio, miró el brazo del reloj, se orientó, y le indicó al taxista
 -Aquí a la derecha y por la derecha. En la puerta del estacionamiento por favor.

            Había dolor, claro que había dolor, pero el inminente encuentro con su paralelismo generaba en ella una zona de analgesia que no daba cabida sino para el pensamiento frío.

Caía ya la tarde. Pasó directamente a las oficinas de la funeraria por las escaleras. Era un pequeño cuarto con mobiliario muy básico y a decir verdad no parecía haber sido renovado en años. Se sentó al frente del escritorio. La expresión facial de la persona que la atendió parecía parte de la decoración. Más que sobriedad, todo era de una tristeza pareja.

            - El cuerpo del señor Barragán está por llegar –le informó el encargado.
            - ¿Cuánto tiempo cree usted que tarde? Preguntó Andreína con interés.
            - No creo que más de dos horas. Ya el traslado está coordinado.
            - ¿Será que me da tiempo de hacer algunas diligencias mientras eso sucede? Tengo algunos trámites pendientes aún.
            - ¡Claro!... pierda cuidado. Tómese el tiempo necesario que nosotros nos encargaremos de todo.
La voz del empleado era baja  y neutra, de ritmo lento y con un aire de solidaridad que rayaba en la simulación.
            - En todo caso, señora Barragán, la capilla ya se le adjudicó. Es la del corredor de entrada a la derecha –Le advirtió el encargado.
            - Muy bien, gracias –respondió Andreína ya incorporándose.

Se despidió sin entusiasmo, salió, bajó las escaleras y antes de tomar la calle volteó hacia las capillas del corredor. Estaba un poco confundida. Entró con la última luz del día y al salir ya la penumbra nocturna tomaba los espacios y los transformaba a su vista. Retomó su ruta. Caminó hasta un conjunto de comercios cercanos para hacerse de algunas cosas de última hora para luego tomar un nuevo taxi.
            - Señor, ¿Le importaría quitar la música y bajar un poco el aire acondicionado? Si fuera tan amable. Estoy de duelo y he dormido poco.
            - No hay problema señora.
            - Gracias. –Concluyó ella.

Se escuchó y le pareció oír a Federico:
            "Pareces un GPS, apenas te montas y empiezas a girar instrucciones: baja el seguro, cierra el vidrio, ponte el cinturón… pero eso sí, una dirección jamás”
<<Porque a mí y que no se me podía creer ni la derecha ni la izquierda, que no sabía de direcciones. Siempre me reí, pero la verdad es que siempre me sentí comparada. Seguro que la bicha esa hasta zurda será y tiene la izquierda clarísima>>
"…y cuando no hablas murmuras," Continuabas- como para que no haya duda de que el GPS sigue prendido”
<<Pues entérate Federico, eso era lo que murmuraba>>

En su abstracción, Andreína mezclaba esos pensamientos con el diseño de la logística.

<<Un toque y despegue por la casa. Ya no regreso hasta mañana después del entierro>>


Ya de regreso, pasó directamente a la sala velatoria y la encontró, estaba allí, <<es ella, tiene que ser ella>> se dijo. La mujer no estaba sola, pero quien la acompañaba no calificaba, no era del tipo de Federico, en cambio ésta sí que lo era. Había llorado y mucho. Se le notaba, sin embargo, había que admitirlo, era guapa. <<Como le gustamos a Federico>> pensó. Estaba en la esquina de la sala a la cabecera del féretro. Andreína, predispuesta y recelosa, tomó la otra esquina de la cabecera, no sólo para nivelar la jerarquía, sino para evitar el rincón opuesto en la diagonal de la sala que haría todo aquello más semejante a un ring de boxeo.

<<Cuánto lamento tu muerte Federico… me habría encantado asesinarte>> fue su primer pensamiento mientras se dirigía al sitio seleccionado.

            Las mujeres de la otra esquina hacían silencios y conversaciones en intermitencias dispares donde los primeros eran más largos que las segundas.

            - ¿Podrás sola con todo esto? Preguntó la acompañante.
            - Tengo que poder, es un hecho sin reversa  -Respondió con resignación- creo que lo peor es la costumbre. La ruptura de la rutina.
            -¿Sabes? Creo que no llegué a conocer a tu marido del todo.
<<tu marido, ¡Qué bolas!, -le pensó en su cara el otro yo de Andreína saltando dentro del cuerpo que la contenía-claro que no lo conocías, Era mi marido, marica>>
            - ¿Quién conoce a alguien completamente? –Respondió preguntando la otra viuda- Pretenderlo es una ficción. Todos estos años y aún me sorprendía…
            - ¿Por qué nunca se casaron? Preguntó con curiosidad.
            - Cosas… -respondió la viuda resignada.

Andreína escuchaba desde el extremo opuesto. Respiraba lentamente para poder oír un poco mejor. Intervenía en la conversación abruptamente pero en su pensamiento o por lo menos eso creía. En algún momento le pareció oírse a sí misma hablando.

<<Dile, caradura, que ese hombre tenía dueño… que sólo eras la barragana, que era a lo más Barragán que podías aspirar>>
             - ¡Descarada! –se escuchó decir Andreína.
Traen café y la mujer guapa de la otra esquina  toma la taza diestramente con la mano izquierda.
- ¡Coño es zurda! lo sabía,-dijo Andreína con poco disimulo- y además pensó           << ¡Sí era una burla, maldito!>>


            Entra el encargado de la funeraria, se inclina y le susurra muy respetuosamente:

-Señora Barragán, el cadáver de su esposo acaba de llegar.
            Andreína abre los ojos con algo de exageración, voltea y mira el movimiento en la capilla de enfrente, se mira los brazos, el reloj a la izquierda y dice para sí…
- ¡Ay coño Federico, me volví a equivocar!



Gracias Milagros por este milagro.
Ateneo de caracas 3 de julio de 2012… siete semanas después.

Nicolás Baselice Wierman.
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Instagram @nbaselice
Caracas, julio 2012

Tuiteratura, relatos en 140 caracteres.


Con el fin de fomentar la creatividad en torno a la lectura y sus lugares, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez convocó un concurso de microrrelatos en Twitter, dentro del proyecto ¿Dónde lees tú?, que se enmarca en el Programa Territorio Ebook.


Durante cuatro semanas, a partir del lunes, 23 de abril de 2012, Día del Libro y hasta el lunes 28 de mayo, los participantes escribieron en Twitter el relato que les inspiró la fotografía semanal de  José P. Gegúndez  . No debían exceder los 140 caracteres incluido la denominación  @dondeleestu  que dirigía el tuit a su destino. Tampoco se permitía utilizar aplicaciones para alargar los tuits. Los autores podrían presentar cuantos tuits desearan, pero siempre y únicamente vía tuiter.
Por otra parte, el tuit debía estar escrito en lengua castellana, ser original e inédito (no estar publicado en ningún medio o soporte) y no debía haber recibido ningún premio o accésit en otro certamen nacional o internacional.

FOTO 1
Realizada por José P. Gegúndez para la exposición de ¿Dónde lees tú? -18, tenía supropia historia: Gegúndez quiso homenajear a la portada original de El guardián entre el centeno, de Salinger. Un homenaje para una de sus novelas imprescindibles, pues la leyó siendo muy joven y la ha vuelto a leer y a releer muchas veces. Esta foto, además, fue elegida para la portada del Catálogo de la muestra. Una imagen vibrante, llena de fuerza. Por eso, fue la encargada de abrir el Concurso en Twitter de ¿Dónde lees tú?







Ganador de la primera semana entre 140 tuits.
Escrito por @rrsire:


El destino te fijó quieto y mudo en un mundo giratorio donde los sueños duran un viaje

Como finalistas:
“Léeme otra vez el cuento del caballito prisionero en el tiovivo”. La madre mira la sillita de ruedas y disimula una lágrima. De @HornoMar
Debí haber corrido una eternidad, debí haber dado ya la vuelta al mundo, pero ese cerdo sigue a mis espaldas, perseverante. De @GerFraChavezH
Él cree que está quieto, pero gira. Él cree que está vivo, pero es de madera. Él cree que está viejo, pero allí está su belleza. De @twiliri
Vuela sobre nubes y montañas cuando el niño lo monta. Que esté anclado al tiovivo es un detalle sin importancia. De @HornoMar
Giraba la noche. Él era sólo un vértigo aferrado a sus crines azules, hasta que recobró, intactas, las luces de la infancia. De @BookReviews7
Feroz como la trampa de Troya, alado como Pegaso, parlante como el de Aquiles, pues cada infante le otorgaba una identidad. De @Astianacte7

Nuestra participación @nbaselice

El movimiento siempre aparente ¿Te alejas, me acerco? no lo sé. La prisa afecta el foco y la distancia el espíritu. Calma.
Giro a giro se difumina, desaparece, se va. Comienza a color, pasa a sepia, termina en gris. La vida. ¿y si girara al revés?
Arriba el corcel con su montura vacía, trae un recado y saluda con las patas en alto. Deben ser buenas noticias.
¿Pasó el caballo? / Sí  / ¿Qué trajo? / Tristeza / Espera la otra vuelta.

FOTO 2
Esta imagen evoca la novela de Kerouac: En el camino. Gegúndez la atrapó en un viaje: una carretera cualquiera (en este caso, de Burgos) que, de pronto apareció, inadvertida. En el camino es otra de esas novelas imprescindibles para Gegúndez y, por eso, y porque leer y escribir, necesariamente, son viajes, fue elegida para la segunda semana del Concurso de Tuiteratura. 









Ganador de la segunda semana entre 164 tuits.
Escrito por @Tiotore:


Observando la línea recta que dibujaba aquella carretera concluyó que su vida sería distinta si tuviese las curvas de una mujer

Como finalistas:
Aún con grietas y mal pintada, ofrezco mis encantos. De @brujijulia
–– ¿Por qué no te pierdes conmigo? ––susurró. / ––Imposible; esa carretera ya me la conozco. De @eRomanMe

Nuestra participación @nbaselice

Necesito hacer pis/Espera a que encontremos un parador… Tenían 50 años casados y eran tan conservadores.
Y a la distancia constato lo dicho en aquel viaje: ni el pasado era ancho como lo recordaba ni el futuro estrecho como lucía.
Y al despertar el horizonte ya no era vertical y las paredes se habían convertido en caminos.
Recuerdo cuando vine, creí que era para siempre y aquí voy… camino de regreso. Un inverso Dejavu que hago futuro en ti.


FOTO 3

Gegúndez persiguió el azul del cielo… hasta que lo consiguió. Casi tuvo que llamar a la gaviota para que volase sobre el faro, ocupado en avistar océanos cercanos. La fotografía es una recreación de la portada Luces de septiembre de Ruiz Zafón, en la que aparece uno de estos faros. Jose P. Gegúndez consiguió el suyo en A Coruña.







Ganador de la tercera semana entre 236 tuits.
Escrito por @albertomarcos:



Ignota. Iluminada. Inverosímil. Imaginada. Independiente. Una “I” solitaria, desnuda, al cabo de la Isla de Ítaca.

Como finalistas:
En la soledad del faro, observaba a las gaviotas. Era tan grande su deseo de volar que olvidó que no tenía alas. De @brujijulia
MONOTONÍA. Cuando estaba perdida en la tormenta, la luz de tu faro me salvó. Ahora, echo de menos algún pequeño naufragio. De @HornoMar


Nuestra participación @nbaselice

Y despertó con un cielo tan azul que creyó no necesitar una guía, un faro, una luz. Pero la noche acechaba.
Como el faro que penetra al infinito sin cuestionamiento y la lengua de tierra que lo sostiene sin condiciones. Así se amaron.
Dormía de día para cuidarla en la noche. Iluminaba de noche el camino de sus sueños. Siguió su luz lo alto de su vuelo. La amó.
Encallaban, zozobraban de súbito. No era buen farolero, sólo recorría la costa de su cuerpo, su silueta de memoria. Esperaba.


FOTO 4
Esta imagen tiene mucha Tuiteratura. Gegúndez quiso atrapar la luna en el Monte del Gozo, y, al recrear la obra de Javier Ruescas (Encantamiento de Luna, de sus Cuentos de Bereth, I ) supo que ya lo había conseguido. 






Ganador, no sólo de la cuarta semana entre 405 tuits sino de la gran final. Su nombre:
Eliseo Carranza G. Nacido en Monterrey, México de 54 años de formación magisterial y escritor intermitente. Lector, cinéfilo y tallerista. Felicitaciones.

Escrito por @Elizeus58:


En el bosque, un conejo halló un sombrero. Apenas entró en él, alguien lo tomó de las orejas. Le asustaron mucho los aplausos.

Como finalistas:
Esa noche, el sombrero del mago, en vez de un conejo, hizo salir una noche azul, un bosque entero sin hojas y una luna llena. De @Elizeus58
–Luna, no te muevas. Nos están haciendo una foto. / –Tranquilo, que hoy nadie me podría hacer menguar. De @eRomanMe


Nuestra participación @nbaselice

Sólo el recuerdo podía mejorar la escena ya de suyo perfecta. Ella, fuera de cuadro, la hizo inolvidable, inmortal, suya.
Mi sombrero nos miraba cómplice y al perderte, fue mi compañero de recuerdos. Él era la prueba de que fuimos uno.
Y pensar que fue tan solo un instante, como la luna llena antes de la mengua y sin embargo cíclico y eterno como ella.
Ni la luna era pequeña, ni las siluetas recortadas. Todo era aparente, hasta tú lo eras. Pero yo te creí. Ese fue mi error.
Y en el ocaso inevitable, ¿Quién usará mi sombrero?, ¿Quién te habitará?
Bajo ese cielo satinado de luna llena fue imposible no creer en el rumor de aire y ramas. Hablaba de ti. Todo era cierto.
Halló el cuerpo y ya no había nada que hacer, pero el rastro era inequívoco. Debía ser condenado. Sería culpable y descansaría.
Ya lo sabían, era serial y cínico. Esta vez dejó un sombrero. La cabeza nunca aparecería.



Caracas, junio 2012.
















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