Con
el control en la mano, ya saben, el remoto, sin destino prefijado, topé con un
plano semioscuro que me detuvo por un par de minutos:
Ella
se levanta a hurtadillas, recoge sus cosas y sale, no sin antes ver hacia la
cama donde queda, dormida, otra mujer.
Es
tan temprano que aún está oscuro. Camina por la calle con cierta tranquilidad,
pensativa, saca su celular, marcado rápido y le dice con la voz algo quebrada
-¿Por
qué me engañaste?
Él,
guapo, se incorpora en la cama, sentado sin salir de ella, con el torso
desnudo, para que no quede duda de su guapura y capacidad de seducción y le
dice, como si hubiera estado esperando la pregunta
-¿De
qué hablas? ¿Qué soñaste?
-A
mí no me puedes engañar. Sé perfectamente con quién es.
y
sin hacer pausa pero en una cadencia más firme y musical ella agrega
-Te
pareces tanto a mí...
Y en
ese mismo instante suena un acorde de guitarras (chrraaan...) y como por arte
de magia camina desde el fondo, detrás de ella, hacia cámara, un mariachi
completo. Ella pone ahora su celular al frente a manera de ConferenciaVíaSKIPE mirando a los ojos y le canta (ahora sí de
manera decididamente musical)
-Que
no puedes engañarme... (Juan Gabriel Dixit)
Volvemos
al plano de la habitación del guapo quien con cara de desconcierto parece
pensar "Me jodí" mientras ella entra en la habitación
(Sorprendiéndolo y sorprendiéndonos) por un estrecho pasillo que suponemos viene de la puerta. Él voltea y la mira con resignación.
Ella
sigue cantando sin pausa y mientras avanza desde el pasillito, es seguida por
el mariachi en pleno que, como la orquesta del Titanic, no paran de tocar.
-Que te vas a ir con ella, está bien, yo no me opongo (...) pero te voy a advertir que si vuelve otra vez, no respondo...
Con
el gentío en la habitación, el guapo troca de seductor en minusválido
intimidado (Como cuando uno piensa que lo tiene chiquito)
A
partir de este momento, la directora, (porque es una ella) nos alterna
arbitrariamente de la habitación a la calle y viceversa, como para hacernos
pensar: ¿Cuál escena será la de verdad?... como si ambas no fueran insólitas.
-Crees que yo no me doy cuenta. Lo que pasa es que no quiero más problemas con tu amor...
Esta
secuencia alternativa con banda sonora continua, termina en la calle con plano
cerrado sobre ella que devuelve su celular al oído y, ya recuperada, le dice
firme y segura:
"Quiero
el Divorcio" seguida de acorde de cierre (chrrrannn).
Secuencia ésta, en la más pura tradición del cine mexicano, donde el muchacho de la película,
Pedro Infante, por ejemplo, va por un desierto, árido, yermo y, en su soledad,
se acompaña a sí mismo cantando una ranchera nostálgica y como por arte de
magia, no solo suena la música sino, que con ella, aparece la fuente: Un Mariachi en pleno.
Digresión:
No sabemos si eso es una interpretación libérrima de aquella norma de Luis
Buñuel quien no utilizaba música en sus películas si la fuente no estaba en
cámara. ¿Ponían los mexicanos al mariachi para tener allí la fuente o Buñuel no
ponía la música por no tener allí la fuente pensando que la escena del desierto mexicano era absurda? ¿Qué primero, la gallina o el huevo?... en fin.
Solo
vi esos 2 minutos 30 segundos y me pareció absurdamente divertida, retro, pero
interesante.
A
esta hora sé que se llama ¿Qué le dijiste a Dios? Que es de 2014 y tardó tres
años en rodarse. Que Juan Gabriel primero se negaba a participar y luego cedió
de buena gana (No aparecía en un filme desde los años 80).
La
peli (Como dice mi hijo) se presenta como una comedia a ritmo de Juan Gabriel, y
el subtítulo es: La doble moral, es la nueva moral.
La
Ella se llama María del Mar Contreras y su directora Teresa Suárez… ¿El guapo? Ah sí, disfuncional después del gentío en el cuarto.
Y
¿Saben qué?... la voy a cazar porque quiero verla completa, sobre todo por
aquello de "la nueva moral", a ver si, a mi edad,
aún me queda tiempo de
estrenarme algo.
Desde
Caracas-Venezuela, julio 2015.
Nicolás
Baselice Wierman.