viernes, 28 de febrero de 2014

Abajo la pobreza… Viva la miseria

Existen oficios cuyo ejercicio solo se concibe desde la legítima vocación. Así, el sacerdote, el médico, el músico. No es posible imaginar un músico, mejor dicho, un buen músico, que ejerza por obligación pura. Dentro de esos oficios y en especial consideración, está el de maestro. Los mejores entre ellos son los que recordamos durante toda la vida, posiblemente no luminosamente instruidos, pero seguramente sí portadores de una nobleza incontestable. Porque si alguna característica tiene la actividad educativa es la nobleza que supone la transmisión del conocimiento propio, por poco que éste sea, para hacer del educando, por sobre todo, mejor persona.

Quién no se encontró en el devenir estudiantil al profesor que desde su cátedra y mirándonos en picado decía, índice extendido mediante: “La máxima calificación siempre será para Dios, la inmediata inferior del profesor y de allí hacia abajo, la del alumno”. Dicho en términos de mi contemporaneidad, 20 Dios, 19 yo,y ya verán ustedes lo que hacen con el resto. No recordamos sus nombres. Inolvidables fueron los que bajándose de la cátedra nos decían: “pupilo que no supera a su maestro lo defrauda”. Siempre quise ser de ese equipo.

La nobleza… y en la acera de enfrente la miseria de espíritu.

Ese pequeño giro de hoy de llamar al ministro correspondiente “para la Educación” y no “de Educación” parece que no es casual. Nuestro Ministro para la Educación, que no de Educación, abogado Héctor Rodríguezen el taller de alto nivel sobre la Campaña para Erradicar la Pobreza, dijo, y cito: …”El éxito de este plan es que podamos ir observando si los recursos, si las políticas, si las acciones, si los programas que estamos desarrollando, efectivamente están teniendo el impacto que aspirábamos” acto seguido hizo una analogía poco prudente referida a cuántas veces disparar para dar en el blanco, y continuó: “…De ir progresivamente sacando a los sectores que están en condiciones más precarias de esa situación. Y eso tiene que estar acompañado de mucha organización política, de mucho debate. No es que vamos a sacá (sic) a la gente de la pobreza pa llevala (sic)  a la clase media pa (sic) que después aspiren ser escuálidos” y esbozó una sonrisa de medio lado mientras bajaba la cabeza que no podría definir si para esconderla por burla o vergüenza al escucharse decir semejante cosa.

Horas más tarde en entrevista de televisión afirmaba que sus declaraciones habían sido sacadas de contexto y pasó a aclarar con términos mejor seleccionados e indudablemente mejor pronunciados, pero el joven ministro dijo lo mismo.



La ecuación: “a mayor escolaridad mejores oportunidades de trabajo” podría ser la conclusión de estudios muy serios según los cuales es la educación el elemento más importante para producir la movilidad social, el ascenso, la superación, al final, la felicidad según el diseño de cada quien formado en libertad.

Por eso Héctor Rodríguez en tanto Ministro para la Educación tomó la palabra en ese taller de alto nivel sobre la Campaña para Erradicar la Pobreza. Desafortunadamente asume el cargo, no como servidor público de una ciudadanía integral sino como operador de un partido político secuestrando, al propio tiempo, ya no los recursos de todos con objetivos casi personales, sino la consciencia, el pensamiento, el alma y futuro de nuestros hijos. Lo dicho, miseria humana.

Ministro para la Educación
Jorge Giordani
Si Nicolás Maduro se asume como hijo de Chávez, el abogado Héctor Rodríguez podría decirse parido por Jorge Giordani porque en ese vientre se gestó la tesis del Pobre Necesario que reza: “En la Revolución necesitamos a los pobres en la pobreza porque ellos son nuestro soporte”  http://saladeinfo.wordpress.com/2013/02/13/los-pobres-tendran-que-seguir-siendo-pobres-los-necesitamos-asi/

Hasta hoy creía que muchos de nuestros males se debían a la ineptitud manifiesta de este equipo de gobierno. Ahora me parece que nada es casual, que todo es por diseño. Así, desde la escasez y el humillante marcaje de los brazos de los consumidores en cola hasta la falta de papel para imprimir periódicos.También el control y amedrentamiento de medios de comunicación, la impunidad con la delincuencia y la cruenta represión (cívico-militar) en la calle, pero por encima de todo, el cerco a la educación primaria y la edición de textos con una sola verdad de uso obligatorio y exclusivo con la                                                                 prohibición expresa de utilizar textos complementarios.


La declaración final del taller de alto nivel sobre la Campaña para Erradicar la Pobreza debería cerrar, tan dados ellos a las consignas, de esta manera:
¡Abajo la pobreza!... ¡Viva la miseria! (del espíritu)




Nicolás Baselice Wierman.
Caracas - Febrero 2014.
@nbaselice en twitter
Instagram @nbaselice

1 comentario:

Kalil dijo...

Extraordinaria descripción del verdadero fin del socialismo del siglo XXI

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