Existen oficios cuyo ejercicio solo se concibe desde la
legítima vocación. Así, el sacerdote, el médico, el músico. No es posible
imaginar un músico, mejor dicho, un buen músico, que ejerza por obligación
pura. Dentro de esos oficios y en especial consideración, está el de maestro.
Los mejores entre ellos son los que recordamos durante toda la vida,
posiblemente no luminosamente instruidos, pero seguramente sí portadores de una
nobleza incontestable. Porque si alguna característica tiene la actividad
educativa es la nobleza que supone la transmisión del conocimiento propio, por
poco que éste sea, para hacer del educando, por sobre todo, mejor persona.
Quién no se encontró en el devenir estudiantil al
profesor que desde su cátedra y mirándonos en picado decía, índice extendido
mediante: “La máxima calificación siempre
será para Dios, la inmediata inferior del profesor y de allí hacia abajo, la
del alumno”. Dicho en términos de mi contemporaneidad, 20 Dios, 19 yo,y ya
verán ustedes lo que hacen con el resto. No recordamos sus nombres.
Inolvidables fueron los que bajándose de la cátedra nos decían: “pupilo que no supera a su maestro lo
defrauda”. Siempre quise ser de ese equipo.
La nobleza… y en la acera de enfrente la miseria de
espíritu.
Ese pequeño giro de hoy de llamar al ministro
correspondiente “para la Educación” y no “de Educación” parece que no es
casual. Nuestro Ministro para la Educación, que no de Educación, abogado Héctor Rodríguezen el taller de alto nivel sobre la Campaña para Erradicar la Pobreza, dijo, y cito: …”El éxito de este plan es que podamos ir
observando si los recursos, si las políticas, si las acciones, si los programas
que estamos desarrollando, efectivamente están teniendo el impacto que
aspirábamos” acto seguido hizo una analogía poco prudente referida a
cuántas veces disparar para dar en el blanco, y continuó: “…De ir progresivamente sacando a los sectores
que están en condiciones más precarias de esa situación. Y eso tiene que estar
acompañado de mucha organización política, de mucho debate. No es que vamos a
sacá (sic) a la gente de la pobreza pa llevala (sic) a la clase media pa (sic) que después aspiren
ser escuálidos” y esbozó una sonrisa de medio lado mientras bajaba la
cabeza que no podría definir si para esconderla por burla o vergüenza al
escucharse decir semejante cosa.
Horas más
tarde en entrevista de televisión afirmaba que sus declaraciones habían sido
sacadas de contexto y pasó a aclarar con términos mejor seleccionados e
indudablemente mejor pronunciados, pero el joven ministro dijo lo mismo.
La ecuación:
“a mayor escolaridad mejores oportunidades de trabajo” podría ser la conclusión
de estudios muy serios según los cuales es la educación el elemento más
importante para producir la movilidad social, el ascenso, la superación, al
final, la felicidad según el diseño de cada quien formado en libertad.
Por eso Héctor
Rodríguez en tanto Ministro para la Educación tomó la palabra en ese taller de alto nivel sobre la Campaña para
Erradicar la Pobreza. Desafortunadamente asume el cargo, no como servidor
público de una ciudadanía integral sino como operador de un partido político
secuestrando, al propio tiempo, ya no los recursos de todos con objetivos casi
personales, sino la consciencia, el pensamiento, el alma y futuro de nuestros
hijos. Lo dicho, miseria humana.
Ministro para la Educación |
Jorge Giordani |
Si Nicolás
Maduro se asume como hijo de Chávez, el abogado Héctor Rodríguez podría decirse
parido por Jorge Giordani porque en ese vientre se gestó la tesis del Pobre
Necesario que reza: “En la Revolución necesitamos a los pobres en la pobreza
porque ellos son nuestro soporte” http://saladeinfo.wordpress.com/2013/02/13/los-pobres-tendran-que-seguir-siendo-pobres-los-necesitamos-asi/
Hasta hoy creía
que muchos de nuestros males se debían a la ineptitud manifiesta de este equipo
de gobierno. Ahora me parece que nada es casual, que todo es por diseño. Así,
desde la escasez y el humillante marcaje de los brazos de los consumidores en
cola hasta la falta de papel para imprimir periódicos.También el control y
amedrentamiento de medios de comunicación, la impunidad con la delincuencia y
la cruenta represión (cívico-militar) en la calle, pero por encima de todo, el
cerco a la educación primaria y la edición de textos con una sola verdad de uso
obligatorio y exclusivo con la prohibición expresa de utilizar textos
complementarios.
La
declaración final del taller de alto
nivel sobre la Campaña para Erradicar la Pobreza debería cerrar, tan dados ellos
a las consignas, de esta manera:
¡Abajo la
pobreza!... ¡Viva la miseria! (del espíritu)