sábado, 8 de julio de 2023

¿Que si me gusta el reguetón?












A partir de ese jaleo que se armó con la "discriminación" de los reguetoneros en los premios Latin Grammy, y la protesta  bajo el lema: Sin reguetón no hay Latin Grammy de Nicky Jam y Daddy Yankee a la cabeza con póster y todo que a su vez memizaron viralmente, alguien me pregunta ¿Te gusta el reguetón?...

Hay gente descaminada. Tengo casi 70 años. A quién se le ocurre que me pueda interesar semejante cosa. Pero hay que decirlo, en el fondo me  halagó.
Y siguieron otras ¿Es eso música? ¿No te parece tan básica que es involución? Como ven, todas con la opinión incluida, con la repuesta inducida.

Sin hablar de los intereses económicos, que será pecado para los beatos de la economía, el Latin Grammy es un "Spin of" (como dirían ahora) del antológico Grammy, que no de gratis se hace llamar Academia Nacional (USA) de Artes y Ciencias de la Grabación, para el mercado latino de la música es un logro equivalente a la liberación de un territorio previamente colonizado. Así de importante.



Nuestra cultura, la latina, aunque copia mucho de la sajona, con el tiempo termina aclimatando y haciendo propios, géneros originalmente ajenos.
El reguetón está incluido en la categoría de música urbana como el rap que, de origen sajón fue aclimatado, al grado que hoy tiene su voz propia por estos lados. Claro tienen en común urbe, barrio, discriminación y violencia.






El reguetón, en cambio, surge en capitales latinas, lo que lo hace auténticamente urbano y latino a un tiempo. Punto a favor.

Que mueve dinero. Mucho. Que tiene sus ídolos. Claro. Allí está Maluma, bello, joven, y dicen (o le dicen) que con talento. Qué le falta...
Un Grammy Latino de este año 2019. Maluma ni siquiera fue nominado justo el año en que fue ungido por la diosa: Madona. El ego duele.
El hombre estaba tan listo para la entrega, que hasta logró que le entregaran a tiempo su "primer avión privado" de 14 puestos y así presentarse con sus doce invitados (trece sería de mala suerte) a la ceremonia en Las Vegas. Todavía le queda la opción de los casinos o las playitas de Florida, "pa' eso tengo avión".
No sé si la exclusión de Maluma desató la polémica, pero es un elemento.

La coyuntura no deja de ser divertida e interesante, por el tamaño que toma contra su aparente superficialidad. Lo que sí, y cómo negarlo, el reguetón es un poder.
Seguramente, porque ese poder es económico, sus cultores crean que merecen los premios Grammy como muchos otros en los que acaparan hoy por el ruido que hacen en la escena musical, lo que aún depende de mercado, publicidad y otros movimientos estratégicos ajenos al arte propiamente dicho y dirigidos a la popularidad básicamente.

El jaleo podría zanjarse entendiendo que existen premios hasta para cantidad de visitas en YouTube mientras que la Academia va al Arte (con mayúscula) y a la excelencia de la aplicación de las ciencias (y técnicas) en las grabaciones.
En tiempos en los que se confunde calidad con popularidad y cualquiera se considera artista, la confusión arrogante no es extraña. Será cuestión de tiempo.

Pero vayamos al género propiamente dicho.
Salvando las distancias, si los Beatles no hubieran tenido la oportunidad de de desarrollar sus capacidades, que existían y fueron creciendo, y juntar un equipo como el que le conocimos ¿A dónde hubieran llegado con "she loves you, yeah, yeah, yeah"?
El reguetón, más allá de si nos gusta o no, está allí.
La música, no solo es moda.
La Onda Nueva no existía a principio de los años sesenta. El Catire, de Aldemaro Romero, lo presentó en un festival de la canción acá en Caracas y calificó, literalmente, de último. Hoy nadie recuerda quién ganó en esa oportunidad.
En cuestiones tan subjetivas, la prudencia recomienda ser mente abierta. Uno cambia y la música evoluciona y nada más humillante que terminar por ahí viejo con  pelo mal teñido y reguetonero de clóset.

Pongo un ejemplo: ¿Han escuchado el reguetón de los poetas de Huáscar Barradas?... Escúchenlo, y ya me dirán.
En fin, a manera de advertencia, recuerden a Cantinflas que comenzó como comenzó y llegó oficialmente a la Real Academia de la Lengua Española.

Ah, por cierto, de lo moral que se ocupen los moralistas.

No digas después / que no 'te lo dije, mami / que no te lo dije/

Nicolás Baselice Wierman.
@nbaselice en twitter
Instagram @nbaselice
Octubre 2019.



Todos los PodCast de YdeashoyRadyo

Followme_230x40_white

Curiosea nuestras gavetas

Comentarios-Opiniones-Saludos

Lo más visto en 30